Águila se estrenó en el Clausura con claras intenciones de buscar una victoria en su debut y de superar paso a paso los obstáculos para levantar su ansiada Corona 16. Enfrente, otro necesitado de triunfos y de revertir el mal paso del torneo anterior, Atlético Marte, que llegaba al Barraza como un rival complicado que tampoco regaló nada.
El emplumado estrenó plantilla, un lujo, la alineación de Águila -lo comentaba en un post anterior- está para lograr el campeonato, por nombres y por bagaje Águila debería aspirar no sólo a llegar a una final, sino, a ganarla, pero como en esto del fútbol, es un deporte que no entiende ni de nombres ni de trayectorias, el negronaranja, vio como el debut se quedaba en anécdota con un triste empate, sin goles.
Goles, esos mismos que faltaron el torneo anterior y que nuevamente acechó en la cabeza del equipo cual fantasma salido de la tumba, el emplumado no concretó las sendas oportunidades que creó, mismo mal, misma medicina. Ni Williams Reyes pudo, como tampoco Ronald Torres en unas de las más claras del encuentro. Así, Marte vio aliviado como su meta permanecía invicta.
Se nota que el equipo aún no carbura en su totalidad, tampoco se pueden esperar milagros de un día para otro, la dupla Reyes-Muñoz jugó el segundo tiempo, pero ni con la esperanza de que estos grandes goleadores por fin mojaran el trapo, el Águila no encontró el camino del gol.
El reproche es el mismo, ocasiones creadas ocasiones no concretadas, mal de los últimos torneos. Otra cosa hubiera sido si alguna de esas se hubieran traducido en gol, pero como en todo, o concretas o te vas en blanco.
Marte festejó el punto logrado en una cancha difícil para cualquiera, Águila en cambio se quedó esperando culminar la fiesta del debut con una victoria, esa que nunca llegó. Mientras, deberá pulir mucho más su punta de lanza, y mejorar aquellos aspectos y vacíos que dejó en tramos del encuentro. Los técnicos tienen mucha tarea aún por hacer.
