Inicio de ensueño el presente torneo para Águila, que ha roto por fin, el maleficio que le acechaba desde hace poco más de un año, tiempo en el que coqueteó con el descenso y provocó una avalancha de incertidumbre y dudas respecto de su continuidad en la primera división, y consecuentemente, la decepción de una afición que le acompaña siempre y en cualquier cancha donde sea que los colores negronaranja estén presentes.
La “evolución” de este Águila, no pasa de ser una auténtica mejora a ser una excepcional vuelta al lugar al que pertenece, y aunque claro, es demasiado temprano para salir a la calle con bombos y platillos a anunciar su protagonismo y su necesaria candidatura para llevarse el presente torneo, las sensaciones que hasta después de haberse disputado la jornada 6 son muy, muy buenas, si lo comparamos con el negro e indeseable antecedente próximo.
La llegada de una nueva directiva, que ha puesto orden y organización a la dirección administrativa y que ha permitido al cuerpo técnico hacer su trabajo, no solo ha supuesto un paso en avance hacia lo que todos los equipos persiguen, una necesaria reestructuración interna en el que cada nivel de la organización hace su trabajo en la forma en que mandan los cánones administrativos. Con la llegada de la nueva junta directiva han cambiado muchas cosas, y quizá, una de las principales, es la confianza que han transmitido, a cuerpo técnico, a jugadores, pero sobre todo a una afición que estaba ya, cansada de las derrotas sin explicaciones y de un rendimiento general del equipo y de jugadores que simplemente, no daban el ancho para vestir esta camiseta. Aparte de eso, la llegada del nuevo técnico y consecuentemente, de nuevos jugadores, propició no sólo un cambio en el guión y estilo de juego, sino que, propició que cada pieza de la maquinaria recibiera un voto de confianza sumado a la exigencia que C.D. Águila, por sí solo, reviste.
La afición aguilucha debemos estar alegres por el cambio de un torneo a otro, pero, al mismo tiempo, no debemos ser conformistas y dejar que el agua llegue al cuello para comenzar a exigir mucho más a un equipo que aún no llega a su mejor nivel, tanto en rendimiento individual como en resultados de índole grupal.
Es tiempo de apoyar, y de ser partícipes de algo bueno que estoy seguro llegará, como dije antes, es muy temprano para pedir campeonatos, pero si algo se debe valorar es el trabajo que toda la estructura interna aguilucha y jugadores y cuerpo técnico están realizando. Y es que la afición negronaranja, lo menos que nos merecemos es volver a ver al equipo de nuestros amores al tope de la tabla de clasificación y marcando el ritmo para el resto de los equipos de la primera división.