Digamos que la Selecta hoy más que nunca necesita el apoyo de la afición, quizá no porque probablemente el estadio vaya a llenarse -su servidor no cree que eso suceda- pero creo que lo mejor de todo es que por fin, el sueño y el deseo de muchos se ha hecho realidad, la Selecta jugará en tierra salvadoreña, en el Estadio Cuscatlán, después de casi dos años. Increíble.
Cuando los federativos pensaron que lo mejor era llevarse a jugar afuera de nuestras tierras a la Selección, quizá pensando más en lo económico que favorecería en un mercado sediento y que anhela estar cerca de los símbolos que dejaron atrás en su camino hacia el sueño americano.
Luego vinieron las suspensiones por amaños, tema trillado y del que aún existen fantasmas y huesos bajo la cama, quizá es ya momento de superar este tema, quizá en realidad es un tema que debería quedar como un error cometido por jugadores y permitido por directivos que no hicieron sus deberes cuando tuvieron la oportunidad de detener algo que nos llevaría al borde del abismo.
Ahora, es momento de unirse, la Selecta seguirá siendo lo más preciado para la afición, un amor que no se debe mancillar, un lazo que no se debe romper.
Jugar ante República Dominicana en el Cuscatlán, es una buena apuesta para devolverle a la afición lo que le pertenece, la Selección debería jugar más en suelo salvadoreño y salir menos, ahora lo importante es volver a creer en la azul y blanco, la apuesta debe ser esa, unir a afición y jugadores, los nuevos no tienen la culpa, merecen el apoyo de todos, y nuestra obligación también es creer en su trabajo. Es lo mejor que podemos hacer por ellos.