Estados Unidos, se despachó con una victoria ante Ghana, sufrida, pero victoria al final de cuentas. Siendo realistas, los norteamericanos aguantaron el vendaval africano que intentó doblegar a su rival en base a su velocidad y fuerza constante en cada ataque que generaba.
Los de Klinsmann encontraron el camino a la victoria en los momentos claves del encuentro. Un gol de camerino marcado cuando apenas y se movía el balón al inicio del encuentro a los 30 segundos, obra de Clint Dempsey, marcando así, el quinto gol más rápido en la historia de los mundiales, y el primero más rápido de la actual edición del Mundial.
Ghana fue mejor, sí, es cierto, corrió y luchó incansablemente dejándose media vida en la cancha para intentar cambiar el destino de un resultado que comenzó a escribirse muy temprano y terminó definiéndose precisamente en los minutos finales del encuentro.
El gol estadounidense le dio confianza al seleccionado, y fue mucho más vertical aprovechando los espacios que dejaba en ataque los de Ghana, apostados más por apretar la salida y tapar los espacios de los dirigidos por Klinsmann que no vieron peligrar su ventaja, sino al 82, cuando los africanos, de tanto tocar a puerta, por fin consiguieron su ansiado empate.
La alegría le duraría poco, pues 4 minutos más tarde John Brooks lograría marcar un gol de cabeza cuando el encuentro casi expiraba. Era el 2-1 que desató la locura del banquillo estadounidense. Debutar con victoria, es la clave en un Mundial.
Victoria en el debut que los posiciona como segundos después de Alemania, que venció 4-0 a Portugal.
Hasta este momento todos los equipos de la Concacaf participantes han saldado con victorias sus encuentros, México, Costa Rica y ahora Estados Unidos, solamente Honduras no pudo continuar con la tendencia.