Leo las palabras de Jairo Ríos, DT de Águila y no puedo dejar de externar mi preocupación. Si lo sé, la grandeza de Águila le obliga a ser partícipe de semifinales en cada torneo, si no a lograr la corona, pero la situación que el equipo atraviesa sencillamente no da para más.
Cuando solamente quedan tres fechas para que termine el torneo, en mi opinión personal, me parece irresponsable de su parte vender humo de esta forma, sobre todo cuando a estas alturas no se tiene asegurada la permanencia en la Liga mayor.
Insisto, y algunos me tildarán de tener poca fe o no sentir el color negronaranja, pero seamos serios, hemos deambulado más en la parte baja de la tabla en los últimos tres torneos y no hemos hecho méritos siquiera para estar en semifinales, y no por merecimiento se llega a esta etapa, si no más bien por puntos, y hoy más que nunca, las matemáticas dicen que llegar a semifinales es posible, pero si no se suman esos nueve puntos, lo más probable es que haya que disputar o un repechaje o ser un candidato directo para jugar en liga de ascenso el próximo torneo.
No sé qué es peor, si un técnico que intenta minimizar el efecto psicológico que obviamente infunde el hecho de disputarse el descenso, y si a esto se le suma, la grandeza que un equipo como Águila reviste, o en serio, de verdad se cree que ganarle a Dragón, Marte y UES es pan comido, si esto es así, pues venga, yo dejo de ocuparme en un posible descenso y desde ya reservo dinero para las entradas a los partidos de semifinales y consecuentemente a la gran final, donde seguramente llegaremos y ganaremos. Apaguemos las luces y dejémonos de tonteras, que hemos ganado todos los encuentros anteriores y ya no debemos preocuparnos porque el equipo pueda dejar la liga de oro.
No, las cosas no son tan sencillas cómo parecen, si bien hace unos días decía que lo mejor para Águila era ocuparse de salvar la categoría y dejar como algo agregado una posible calificación a semifinales, pues vengo y lo mantengo, si se ganan estos nueve puntos más la combinación de resultados, pues definitivamente la permanencia traerá consigo la clasificación, pero sin la primera tampoco podes estar tan seguro de conseguir la segunda.
Ni yo soy mago, ni tampoco soy un vidente, tampoco tengo muy claro que Águila no pinche en alguno de estos tres partidos, la presión es la madre de los obstáculos y hoy más que nunca, no hay margen de error, estar a tres puntos del descenso y arriba por la diferencia de goles no asegura nada, ni tampoco se puede cantar victoria. No soy pesimista, más si realista, es lo que hay, no se puede pensar en semifinales cuando aún no se define lo más importante, y eso es, que Águila dispute el próximo torneo en primera división. Solamente entonces podemos comenzar a hablar de semifinales.