El Manchester City volvió a morder el polvo en la Champions League, torneo para el cual se ha reforzado hasta los dientes y cuyo propietario no ha escatimado en invertir libras esterlinas para plantarse como uno de los equipos más temidos en Europa, y sobre todo levantar la primera orejona de su historia.
La eliminación de ayer ante el Barcelona se traduce como un fracaso más en su intento por hacerse un hueco entre los grandes del viejo continente a fuerza de talonario y de inversiones multimillonarias para lograr sus objetivos.
Millones de euros de inversión después, el Manchester City no ha sido capaz de dejar huella en competiciones europeas, y desde que tomara las riendas el jeque Mansour allá por 2008, los citizens han naufragado en Europa League y en la Champions.
En la temporada 2009-2010 quedó relegado de toda competición europea; en la 2010-2011 en la Europa League se quedó en los octavos de final. En Champions League, la historia es similar: fue incapaz de superar la fase de grupos en dos temporadas consecutivas, en la 2011-2012 quedó eliminado después de compartir grupo con el Bayern Munich, Nápoli y Villareal; en la siguiente temporada y 2012-2013, sufrió un durísimo golpe al quedar fuera de competición en el grupo que compartió con el Real Madrid, Borussia Dortmund y Ajax, únicamente consiguió 3 puntos y consecuentemente su eliminación.
Una vez más, el Manchester City se queda a las puertas de una clasificación a cuartos de final, eliminación que inició en el encuentro de ida, en el Etihad, donde perdiera 0-2 sin siquiera dar indicios de poder hacer frente a los grandes de Europa.
