El peor de los escenarios se ha consumado. Águila sigue sin sumar por victorias sus encuentros y acumula ya en el presente torneo, la friolera cantidad de 5 puntos de 21 disputados, una cifra bajísima para un equipo que se armó con nuevos jugadores, que cambió directiva, cambió técnico, pero no cambió sus resultados en relación a lo que viene haciendo desde hace poco más de un año.
El negronaranja sigue siendo un serio candidato a descender, gracias a que sigue en pleno romance con el sótano de la tabla acumulada, suma 21 unidades, 2 menos que la UES, el que hasta el día de ayer no había sumado un tan sólo punto en el torneo, pero con su victoria ante el Metapán, volvió a la vida y comienza a complicarle la vida al cuadro aguilucho.
Y es que este era el elemento circunstancial que le faltaba al Águila, hasta este momento, sus pobres resultados se veían menos influyentes en su situación de descenso gracias a que el cuadro universitario tampoco hacía mayor cosa para revertir su deplorable situación en el torneo, pero no hay mal que dure cien años, y la UES un buen día ganó y con eso, simplemente, el panorama para el emplumado se pone más negro que la noche misma.
La lucha por no descender debe ser prioridad para Águila, en este momento, como aficionado y desde la tribuna, da lo mismo llegar o no a semifinales, de hecho eso sería demasiada recompensa para un equipo que ha hecho todo mal desde hace tres torneos, en los que la irregularidad en juego y resultados han trazado la pésima y peligrosa situación en la que hoy se encuentra. Se puede apelar a la grandeza del escudo y de su historia, pero con eso no es suficiente para que el equipo vuelva a ubicarse como uno de los mejores de nuestro fútbol y ocupe el sitio que verdaderamente le corresponde. El descenso es una realidad.
