Si en nuestro país, los torneos cortos se jugaran en la forma que se hace en Argentina y en otros países, Atlético Marte sería el Campeón Nacional desde hace dos semanas sin discusión alguna y sin necesidad de haber sufrido la dolorosa eliminación a manos del Metapán, un equipo que lo minimizó y lo bajó de la nube, para poner a cada uno en su sitio: por una parte Atlético Marte, equipo joven e inexperto, pero que rompió todos los moldes que desde hace años dictan y gobiernan nuestro fútbol; a Metapán, un equipo curtido y experimentado que de batallas sabe mucho de victorias y muy pocas derrotas.
Muy mal sabor le quedará al cuadro azul de la capital, tras haber mantenido el invicto durante 17 fechas del torneo regular, de poco le servirá más que para haber dejado en la historia, que Atlético Marte se mantuvo sin derrotas durante tanto tiempo, pero pesa mucho más, el haber quedado eliminado en las instancias previas a una gran final, y en el peor de los casos, cuando tenía el boleto prácticamente en los bolsillos.
Si el marcador de 2-0 es uno de los más fácilmente remontables, la inexperiencia para manejar el resultado le hurgará hondo como puñal al cuadro marciano, que tuvo todas las de ganar, contó con ocasiones de gol para ampliar el marcador, tuvo la ventaja numérica en hombres en la cancha, tuvo contra las cuerdas y eliminado al Metapán durante 85 minutos, pero sucumbió con dos errores de libro, infantiles, de esos que te enseñan en la escuela y que te castigan con “chicharrón” cuando los cometes, al dejar libre de marca a un jugador en un tiro de esquina; y el otro, gravísimo, un portero que sale de la cueva a buscar el balón por los aires, pero se va con las manos vacías. Todo esto en un minuto.
Metapán apeló a su experiencia y eficacia en esto de pelear semifinales y demostró que su pelaje es digno de un campeón, de esos que apelan a la épica, y que buscan lo imposible para hacerse con la gloria, para saborear las mieles divinas que solamente están reservadas para aquellos que creen, para quienes luchan por conseguirla y que a pesar de verse derrotados, exhalan su último aliento para escribir los libros con las letras doradas de su historia. Metapán buscará hacerse con su octava corona.
Atlético Marte deberá brindar continuidad a su proyecto, si, ese que se salió de las líneas que dicen que tres malos resultados son justificantes para cambiar técnico, que un error individual te cuesta tu empleo en el equipo que defendiste durante todo un torneo, esos que apelan a la inestabilidad grupal por defender los intereses particulares… Los ideales del fútbol, de los clubes, se han visto reflejados en el Marte, ideas frescas y renovadas, traer un técnico capaz de reflejar su idea en los jugadores, eso, precisamente es lo que más necesita nuestro fútbol. El cuadro marciano no debe caerse como castillo de naipes, debe mantenerse, foguearse, ganar más experiencia, que eso al final, más los recursos -humanos principalmente- con los que cuenta, son la base para lograr campeonatos, las otras ideas, las medievales, están en los libros de historia nada más.
En su haber queda, el legado de un torneo en el que se plantearon los objetivos y se organizaron correctamente para hacer del equipo un ejemplo para el resto de los integrantes de la primera división, que cuando se quiere hacer las cosas bien, es posible, solo basta el esfuerzo y la dedicación de los principales responsables, lo demás, como la derrota, que solamente sirva para ganar experiencia.