Cosas que tiene el bendito fútbol. Torneos cortos en que las emociones se guardan hasta la última fecha del torneo regular. Águila viajó nuevamente a Metapán, territorio maldito para las esperanzas aguiluchas, a intentar tener un cierre de torneo evitando una nueva derrota ante su bestia negra. Los números dicen que Águila no gana en tierras metapanecas y que empates es el máximo botín que el negronaranja ha logrado robar en el Calero.
Águila tuvo una primera parte para el olvido, comparable sólo, con el lamentable año 2013 que ha cosechado, perdía 2-0 sin jugar a nada, sin un creativo capaz de proponer fútbol, de manejar las acciones, de poner orden en el medio campo, y con una delantera sin peso y sin propuesta. Pobre!.
Metapán en cambio, se dio un banquete durante 45 minutos, sabedor que Águila carece de una idea clara, que había llegado a evitar una nueva derrota, agazapado y encerrado en su campo, esperando nada mas el zarpazo mortal de su rival o deseando que este torneo terminara de una vez por todas. Pero Águila mejoró para la segunda mitad, y justo después de recibir el segundo gol, mucho más incisivo, con intensidad y con deseos de hacer un cierre con un resultado diferente a la derrota, puso a temblar al Metapán con dos zarpazos, de Thompson y Julio Martínez que decretaron el empate para enviar a Alianza y Metapán a disputar un juego de desempate para definir al clasificado a semifinales. Curioso, Alianza celebró a todo pulmón los goles aguiluchos, a sabiendas que ese resultado les daba oportunidades para conseguir un último intento por clasificar. Nunca se sabe para quien trabajas.
Águila mientras tanto, cerró el torneo como penúltimo clasificado, con un pobre empate, sin poder conseguir aún, una victoria en Metapán y esperando que el 2014 sea mejor que este 2013 que se marcha con dos torneos para el olvido y con una afición que cerrará el mes del carnaval sin fútbol e impaciente, esperando el resurgimiento aguilucho.