Nerviosos. El primer encuentro de la Selecta de Playa se vio marcado por el nerviosismo del que fueron presa los jugadores salvadoreños en su debut en el Mundial de Tahití. Pocas veces se ha visto al combinado nacional tan desconcentrado y sin la chispa necesaria para encarar un encuentro de esta magnitud.
En frente, hay que decirlo, tenía a una Selección Argentina que con mucho orden en sus líneas logró mantener a raya a los jugadores salvadoreños y prácticamente anuló al Tin Ruiz y a Frank Velásquez, pilares de la ofensiva de nuestro equipo.
En términos generales la Selecta fue víctima de la presión que implica el hacer y lograr un mejor resultado que el 4° puesto en Ravenna, Italia, y aunque apenas fue el partido debut en el torneo, la ansiedad de los jugadores por lograr el empate propició pérdidas innecesarias de balones, transiciones arriesgadas y posesiones extensas que terminaron en los pies de los defensores argentinos. Si bien la Selecta como grupo compacto y muy conjuntado, se ha acostumbrado a tirar de las individualidades, esta vez muy bien contrarrestadas por el esquema táctico del técnico rival, ya que lograron neutralizar nuestra salida limpia del balón y en ataque, fuimos prácticamente improductivos y desperdiciamos las pocas oportunidades de gol con las que se contaron.
En la memoria solamente queda, apelar al antecedente más reciente: en el Mundial de Ravenna, la Selecta cayó estrepitosamente ante el gigante Portugal en el partido debut, para pasar a ganar los dos encuentros siguientes en la fase de grupos y lograr así la clasificación, y que a la postre lograríamos quedar entre los mejores del mundo en la categoría.
Nos resta creer y confiar en que los muchachos podrán darle la vuelta a esta situación, que con mucha más calma y tranquilidad afrontarán el siguiente encuentro, del próximo sábado ante Holanda.