Yo creía que el Barca podía ganar en el Bernabeu, pensaba que Messi haría al menos un doblete de goles, que también Alexis lograría vencer su sequía goleadora y lo lograría ante el máximo rival, en esos encuentros que te llenan de gasolina para lo que está por venir, pero no fue así. Todos imaginamos un duelo de gol a gol entre Messi y Cristiano, en su defecto vimos una sinfonía entre Ozil e Iniesta, un duelo entre dos seguros defensivos, Varane y Piqué, el clásico de ida de la Copa del Rey tiró por el suelo todas las profecías resultadistas que pudimos siquiera haber imaginado, ni en resultado, ni en goleadores, pero si vivimos un encuentro espectacular, cada equipo haciendo su fútbol y que por muchos tramos del encuentro se dedicaron a jugar, a mover el balón y a buscar la portería rival.
Cada equipo siguió su libreto a la perfección, el Madrid apretando desde la salida del Barca, -donde es pecado capital perder balones- siendo un especialista en aprovechar estos errores, en armar contragolpes letales, su intensidad en ahogar al Barca dio resultado, y producto de ello fue la cantidad de balones perdidos por el medio campo del Barca, errores poco acostumbrados a ver, pero que dejaron en bandeja las contras al equipo blanco, que careció de lo que tanto presume, su muy famosa “pegada”, tanto Cristiano, como Ozil, el mismo Benzemá fallaron ocasiones de gol cantadas.
No es normal que el Barca pierda tantos balones en la zona confortable, donde Busquets, Xavi e Iniesta normalmente flotan sin sentir el más mínimo peligro, esta vez, no fue así, muchas de las jugadas de peligro que el Barca sufrió nacieron a consecuencia de pases anunciados, o más bien y como yo lo veo, por el exceso de confianza que muchas veces tienen estos jugadores de su muy vistoso juego y superiordad técnica, normal, pero a veces las confianzas excesivas generan los errores más graves, el Barca no lo pagó caro, pero es algo que el cuerpo técnico debería tomar en cuenta a la hora de plantear un partido ante el Real Madrid, considerando que el equipo madridista es un auténtico depredador de los errores de sus rivales.
A pesar que el Barca se fue adelante en el marcador y que al Madrid le cayera como balde de agua fría, fue incapaz de rematar la faena y martillar una segunda o tercera estaca en el pecho de su enemigo, Pedro, Alba, Alves, Fabregas y el mismo Messi se encargaron de mantener con vida al rival al desaprovechar las clarísimas ocasiones de gol que armaron, eso al final lo agradeció el Madrid que en un córner -que no era córner- encontró el empate con un remate de cabeza de Varane, impensado e increíble, le ganó el salto tibio de sus dos marcadores y puso las cosas en igualdad de condiciones, aunque el empate como visitante le sabe mejor al Barca, es más agridulce a cuenta que se pudo haber anotado al menos un par de goles más, pero ni la efectividad ni la diosa fortuna se encontraban del lado del Barcelona.
Así las cosas, el Camp Nou dictará sentencia, otro encuentro que se antoja espectacular, siendo de vida o muerte ninguno de los dos equipos querrá quedarse eliminado, para el Madrid significaría apostar toda la temporada a la Champions y para el Barca la decepción de quedarse sin poder seguir alargando su historia como el equipo más ganador de la Copa del Rey. Mientras espearmos el encuentro de vuelta, en medio hay Champions, donde también se juega gran parte de la temporada.