Y luego, estaba esta niña, si, niña aún, quien sonreía sin parar, que miraba a su alrededor, disfrutando de la cálida mañana que nos acompañaba, que escuchaba el canto de las aves, y disfrutaba de todo lo que Dios le había obsequiado para su vida
Si, no dejaba de mirar a las personas que pasaban a su alrededor, obsequiando esa sonrisa que la caracterizaba y que motivaba aún más a quienes la veían sonreír cada mañana
Mientras todos corrían, ella solo observaba el mundo pasar, en su silla viendo el ajetreo diario, viendo niños correr, jugar y disfrutar de su niñez como cualquier otro, viendo a los adultos en la misma rutina día tras día, familia, hogar y trabajo
En su sonrisa se dibujaba aquella felicidad que muchos pierden con el paso de los años, aquella esperanza de poder ser alguien el día de mañana, esa ilusión enclavada en su corazón por ser adulto y aspirar a algo más lo que ya se tiene, esa alegría que solamente los niños saben manejar y saben vivir, el entusiasmo de abrir los ojos día a día, con el deseo que el hoy sea mejor que el ayer
Mientras yo podía correr, esa niña se quedaba sentada en su silla, si, sin poder caminar, sin poder correr, sin poder saltar
Pero con su alegría dibujada en su rostro da a entender que aún con el peso que lleva en sus hombros, es feliz y a pesar de ello se esfuerza por mantener una sonrisa en su rostro, por demostrar su felicidad, esa que todos los días le regala a cada una de las personas que transitamos junto a ella y que diariamente nos quejamos por los obstáculos que se nos presentan, por las adversidades que vivimos, por lo que nosotros creemos Dios nunca nos da, mientras esta niña, sonríe, sabiendo que tal vez nunca podrá caminar ni correr como nosotros, pero en su corazón agradece a Dios por tener vida, por poder regalar esa sonrisa y hacer con eso un pequeño cambio en la vida de las personas a quien ha tocado.
Tal vez no podemos cambiar el mundo, pero si existen personas en este mundo que son capaces de hacer un cambio en nuestras vidas
Da gracias a Dios por lo que tienes, por lo que te ha regalado, por tu vida, tu familia, tu trabajo, tus amigos, porque puedes correr, caminar, respirar, porque no tienes enfermedades, porque tienes salud
Lo que importa no es lo que Dios aún no te ha dado, sino lo que El ha creído conveniente que poseas, vive el presente, es lo que cuenta y es lo que importa
Y sobre todo da gracias a El por la vida que estás viviendo y pregúntate
¿Realmente valoras la vida que El te ha regalado?
Si, no dejaba de mirar a las personas que pasaban a su alrededor, obsequiando esa sonrisa que la caracterizaba y que motivaba aún más a quienes la veían sonreír cada mañana
Mientras todos corrían, ella solo observaba el mundo pasar, en su silla viendo el ajetreo diario, viendo niños correr, jugar y disfrutar de su niñez como cualquier otro, viendo a los adultos en la misma rutina día tras día, familia, hogar y trabajo
En su sonrisa se dibujaba aquella felicidad que muchos pierden con el paso de los años, aquella esperanza de poder ser alguien el día de mañana, esa ilusión enclavada en su corazón por ser adulto y aspirar a algo más lo que ya se tiene, esa alegría que solamente los niños saben manejar y saben vivir, el entusiasmo de abrir los ojos día a día, con el deseo que el hoy sea mejor que el ayer
Mientras yo podía correr, esa niña se quedaba sentada en su silla, si, sin poder caminar, sin poder correr, sin poder saltar
Pero con su alegría dibujada en su rostro da a entender que aún con el peso que lleva en sus hombros, es feliz y a pesar de ello se esfuerza por mantener una sonrisa en su rostro, por demostrar su felicidad, esa que todos los días le regala a cada una de las personas que transitamos junto a ella y que diariamente nos quejamos por los obstáculos que se nos presentan, por las adversidades que vivimos, por lo que nosotros creemos Dios nunca nos da, mientras esta niña, sonríe, sabiendo que tal vez nunca podrá caminar ni correr como nosotros, pero en su corazón agradece a Dios por tener vida, por poder regalar esa sonrisa y hacer con eso un pequeño cambio en la vida de las personas a quien ha tocado.
Tal vez no podemos cambiar el mundo, pero si existen personas en este mundo que son capaces de hacer un cambio en nuestras vidas
Da gracias a Dios por lo que tienes, por lo que te ha regalado, por tu vida, tu familia, tu trabajo, tus amigos, porque puedes correr, caminar, respirar, porque no tienes enfermedades, porque tienes salud
Lo que importa no es lo que Dios aún no te ha dado, sino lo que El ha creído conveniente que poseas, vive el presente, es lo que cuenta y es lo que importa
Y sobre todo da gracias a El por la vida que estás viviendo y pregúntate
¿Realmente valoras la vida que El te ha regalado?