Antes de éste encuentro, todos sabíamos que el Rubin jugaría de la misma forma como ya lo hizo el año pasado, defender, esperar que el Barca se equivoque y suerte para irse arriba en el marcador, menos Guardiola, puso 2 contenciones, Busquets y Mascherano, que si bien no hicieron nada mal su trabajo, cortando los ataques del equipo ruso, pero perdió fuerza en creación y ofensiva.
Creí que era un Dejavú, pero la realidad me hizo aterrizar y darme cuenta que el Barca nuevamente estaba tropezando con la misma piedra. El Rubin se iba arriba en el marcador y lo maniató en la creación sin siquiera capacidad de respuesta, obligándolo a desplegar su control de balón y trasladarlo de un lado a otro sin ninguna recompensa mayúscula.
Un error gravísimo que está cometiendo este Barca en todos sus partidos es que quieren entrar a la portería con todo y pelota y las variantes de tiros de larga distancia es algo a lo que se aferra y muy poco, solo cuando la necesidad o la desesperación les hace acordarse que tienen esa otra arma bajo la manga.
Sigo pensando que Villa esta ansioso por anotar o por mostrar que vale su precio en goles y esto hace que siga errando en tiros libres y en definición. Es una cruz más para éste equipo que debe superar cuánto antes, debería romper su libreto de vez en cuando y permitirse dejar el toque dentro del área y tirar más al arco con criterio, en una de esas se desvía como en Bilbao y el marcador igual subirá.
Lo del Rubin, pues no hay mucho que decir, el resultado importa más que los medios cómo, pero defender con 10 en su propia cancha es un insulto para los que disfrutamos del buen fútbol vistoso y espectacular, pero cada quien en la cancha hace lo mucho o lo poco para sacar su tajada y el Rubin hizo lo propio y a punto estuvo de obtener un premio más jugoso.