Ganó el fútbol, el que hizo mejor las cosas, el que propuso jugar al fútbol, pero sobre todo ganó el derecho de entrar a la historia y convertirse en apenas la 8va selección que escribe sus nombres en el trofeo de oro de la FIFA, la máxima competición del fútbol, el Mundial.
España a pesar de haber sido derrotada en el debut, se rehízo y no cambió nunca su estilo de juego ni su contundencia futbolística, manejó los hilos de los encuentros y tuvo en la media cancha su mejor estrategia, entre Xavi e Iniesta decretaron el rumbo que “la roja” debía seguir, respaldados por Busquets y Xabi Alonso el trabajo se hizo más sencillo, mientras Villa y Pedro buscaban arriba romper las defensas y encontrar el espacio para anotar, atrás, todo un fortín encabezado por Casillas, el mejor portero del Mundial, seguido por su colega en el Madrid, Sergio Ramos, y en la zona central Piqué y Puyol, unas auténticas murallas y un seguro en defensa, y Capdevila –quizás el menos mediático de todos los titulares- se mandó unos partidazos en el carril izquierdo digno de aplaudir, todos fueron figuras en su posición y cuando uno no estuvo, apareció el otro, esto fue tan solo una parte del trabajo que guió al triunfo a la selección Española.
Lo curioso de todo es que la selección holandesa crecida bajo el “fútbol total” que implantaran, Cruyff, Neskens y compañía, fue derrotada –irónicamente- por quien si practicó -y seguirá haciendo- este estilo de juego, España, y, que cabe recordar, su base son jugadores del Barca de Guardiola, discípulo de Johann Cruyff, un holandés nacido para el futbol y que dejó escrito su nombre en los cimientos del Barca, dando origen a lo que hoy es el estilo de juego y la filosofía futbolística que ha llevado a la cúspide del fútbol al equipo catalán y ahora hace lo propio con la selección mayor, aportando o más bien trasladando éste estilo a la roja, que ha deslumbrado al mundo por su fantástico juego y sobre todo por su ataque desenfrenado y control monopólico del balón.
Holanda no fue ni la sombra de lo que hace años fue, en las épocas de Cruyff, Gullit, Rikjaard, Van Basten, Berkgamp, daba gusto ver jugar a Holanda, pero en éste mundial, simplemente fueron pasando de ronda, con gotas de suerte en algunos tramos, y con lo justo llegaron a la final, eso si, dejaron rivales de peso, Brasil y Uruguay entre lo más difícil, pero esto no bastó para frenar el ímpetu y la motivación de un grupo de jugadores, que se han complementado desde hace varios años, la base del Barca y ahora se complementan con otros grandes jugadores provenientes del Real Madrid, Valencia, Sevilla, Villareal, entre otros.
España nos ha dado la satisfacción de haber visto campeón al que mejor jugó, al que hizo lo que mejor sabe, dar espectáculo y a pesar de la falta de fútbol de su rival y de la dureza en sus entradas, la selección española escribió otra página más en su historia futbolística.
Grande España, en horabuena.