El mundo futbolístico se rinde ante el que hoy por hoy es el mejor futbolista del planeta, aunque para algunos, no es un jugador completo como otros, pues no va bien de cabeza, no tira centros, ni tampoco puede utilizar su pierna derecha tan a la perfección como su prodigiosa zurda, pero para todos esos “ciegos”, la pulga, les regaló un póker de goles y abrió la autopista para que el Barcelona se metiera en las semifinales de la Champions League, competición a la que aspira repetir y sobre todo ganar -morbosamente- en el Santiago Bernabeu.
Trabado de inicio, con un gol tempranero en contra, el Barca sorprendió a propios y extraños, y supuso un trago frío que para muchos escépticos presagiaba una larga noche para los catalanes, pero dos minutos más tarde, un trallazo desde la entrada del área hizo estallar las redes de Almunia y decretaba lo justo, el empate merecido para un equipo que debió sentenciar en la ida.
El Barca se adueñó -como siempre- del balón y en sus intensas acometidas abrió la cancha, Xavi manejó el balón, Busquetes se multiplicó en la medular, Keita puso el músculo en la lucha, Alves recorrió su banda como en sus mejores noches y Messi, Messi simplemente tuvo su noche de ensueño, la que no pudo ser el día que le regaló el penalty a su compañero de fórmula Ibra, anotó el segundo tras una dejadita que le regaló Pedro dentro del área para que simplemente dejara a contrapie a la defensa inglesa y con la derecha -con la menos hábil- pusiera el 2 a 1.
El tercero de la noche tras un gran pase de cabeza por Keita, puso el balón en la zurda prodigiosa de Messi, y enfiló solo hacia la meta, y con muchas opciones para definir se sacó del sombrero una vaselina, que desató la locura en el Camp Nou, triplete y pase casi seguro a semis.
Para el segundo tiempo Pep, obligó al Arsenal a buscar el resultado, 3 a 1 que lo obligaba a ir por todas, y dibujó un esquema menos ofensivo y poblando la media cancha, con ésto el Arsenal ganó más presencia y el Barca se quedó apostando al contragolpe, y en una de esas Messi agarró el balón y se marchó de uno y de otro, salió de un laberinto y definió, su remate se estrelló en el portero español, pero el rebote le favoreció y le llegó al pie, sin dudarlo la puso entre las piernas de Almunia, y decretó sentencia con su cuarto gol, para convertirse en -apenas- el sexto jugador en anotar 4 goles en la Champions League.
Al final del encuentro Messi se llevó el balón entre manos, uno más para su larga colección de triunfos.
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