TEHABLODEFUTBOL.COM / Ni la peor versión del Barcelona pudo ser vencida por el Athletic de Bilbao en la Copa, aunque por momentos los leones le dieron un repaso a los azulgranas, sobre todo en la primera mitad, le bastó con tres puñaladas en los momentos precisos para devolver las cosas a su sitio.
Se sabe que el Bilbao es un equipo copero, y a sabiendas que se jugaba gran parte de la temporada en este partido, salió con los dientes afilados, presión arriba y ahogar los caminos que conducen de la defensa al mediocampo, así el Barcelona pecó de durmiente y cayó víctima de su propia confianza, acosado y maniatado, desbocado y superado. Los leones olieron la sangre y fueron a hacer daño. El gol, tempranero y que igualaba la eliminatoria dejó helada la piel azulgrana, que no encontraba la vuelta, ni el tiempo, ni el balón y le costaba un mundo mantener la posesión, INCREÍBLEMENTE! No había señas del tridente, tampoco del mediocampo.
La defensa era una autopista, superada y con lagunas por todos lados. Piqué gritó por los aires azulgranas la necesidad de volver a entrar al partido, y es que algunos la cabeza la tenían en otro sitio pero menos en el engramillado. Decía Busquets después del encuentro que “no eran máquinas”, pero el único que se lo creyó fue Neymar, y también Sergi Roberto, tanto el brasileño como el catalán se echaron el equipo al hombro. Neymar sacó la magia, la bicicleta, el regate y la velocidad. Se comió a su defensor una y otra vez pero faltaba lo importante, el gol.
Apareció Suárez con Messi de asistidor. Balón a línea final y de ahí al centro del área. Suárez encandiló su remate a contrapié del meta y era el empate y la diferencia en la eliminatoria. El Athletic lo sufría pero no bajaba los brazos, sabía que su rival estaba herido y los caminos hacia Ter Stegen no estaban del todo perdidos. Lo intentó, pero falló.
En la contra llegó Piqué, un cuerpo a cuerpo entre Alves y su defensor, que ganó el brasileño, puso un balón de oro al central, que con un remate de cabeza devolvió la calma y puso la tranquilidad.
La guinda del pastel la puso Neymar, quién tras recibir un balón, se sacó a su defensor, no sin antes recibir un pisotón para después sacar un latigazo que se coló por el ángulo derecho de la portería bilbaína, un golazo y el 3-1 final con el que el Barcelona está en semifinales.
P.D.: Escuché a un comentarista radial local decir que estaba “cansado y harto de los robos del Barcelona, que esto era denunciable, que hubo manotazos, mordidas y empujones sin pitar en el gol de Piqué, de quien, además, no entendía por qué los aficionados del Barcelona festejaban un gol de Piqué, y peor de esa forma”. Habría que mostrarle las imágenes al comentarista, porque ni siquiera fue Suárez el que dio la asistencia en el gol de Piqué. En fin…