TEHABLODEFUTBOL.COM Algunas aficiones pretenden ganar partida desde antes y ganar la guerra psicológica a sus rivales. Algunos, lo consiguen, a otros les termina pasando por el arco del triunfo lo que se hable fuera de la cancha o los improperios que se griten desde las tribunas. Sucede aquí, en China y en todos lados.
Pancartas, ni son prohibidas en la mayoría de estadios, pero unas son desdeñables y cruzan la línea de la moral y lo vulgar.
Desde aquella pancarta que leímos en el Bernabéu de “Tu dedo nos señala el camino”, extendida por la afición madridista en fervor de Mourinho al meter el dedo en el ojo a Tito Vilanova, en una total aberración y muestra de cinismo por parte de esa afición que grita por todos los cielos y mares su mal llamado “señorío”, hoy nos llegan las que extendieron en Cornellá, en el encuentro de Copa entre el Espanyol y el Barcelona, en una vergonzosa simulación a dicha pancarta de “Tu pie nos señala el camino”, una copia barata y ridícula, en honor al arquero periquito por el cobarde pisotón a Messi en el partido de ida.
Tampoco olvidaron a Piqué, a quien le dedicaron una pancarta pero dirigida a Shakira: “De la Rúa, contigo empezó todo”, se leía en el telón blanco.
Luis Suárez tampoco se escapó y tuvo la suya: “Suárez, ladrador y mordedor”.
En el campo la tensión fue menor que en la ida, pero a Caicedo le faltó poco para descabezar a Ter Stegen con un codazo cobarde y pusilánime en fervor de la odiosa mediocridad de un equipo incapaz de ganar por lo legal.
En fin, hasta Messi se las tuvo con Alvaro, con unas supuestas espinas que se tiraron entre ambos en las que el jugador del Espanyol llamó enano a Messi y éste le respondió “Que él era muy malo”.
Así, las pancartas hicieron más de lo que el equipo hizo en la cancha, lo deportivo quedó a segundo plano, donde el Barcelona clasificó sin problemas con un global de 6-1, con más pena para el local, más que por la derrota, sino porque lo único que pudo celebrar su afición fue la vergonzosa actitud de aquellos que se sienten estrellas por insultar y preparar cánticos estúpidos para arengar a su rival y que pierda la cabeza y por las pancartas que llevaron para obtener el mismo fin.
Al final, en lo deportivo el Barcelona clasificó a la siguiente fase y el Espanyol deberá ocuparse más en no perder la categoría que en preparar pancartas y cantos banales y sin sentido.
