La Selecta afrontó un encuentro ante Canadá con mucho mérito. Su rendimiento ahora no tuvo nada que ver con lo que vimos ante México el pasado viernes.
El “Primi” puso un once casi idéntico al que visitó el Azteca, pero en juego, el de ahora le pasó por encima al anterior, además, a pesar de lo cortado y tosco del encuentro por momentos, la Selecta quiso más que un empate y buscó llevar el control del juego y la presión sobre la meta canadiense.
En los nombres propios, me gustó mucho Pineda, de lejos pareció ser el que más ganas le puso y el que más convicción tuvo de creer que era posible y necesario ganar hoy, aunque estuvo muy poco acompañado, sus pinceladas de buen fútbol, tanto ahora, como ante México, nos deja un buen sabor de boca de cara a los futuros compromisos amistosos y oficiales por eliminatoria.
Canadá llegó sabedor que podía encontrar un rival distinto al que cayó con México, tampoco era que la serie de problemas previos iba también a pasar factura este día, aunque soy sincero al decir que yo tampoco era partidario de un resultado positivo a raíz de todo lo vivido alrededor del grupo antes de estos dos encuentros.
Los nuestros sufrieron un lavado de cara en positivo para este partido, la actuación fue mucho mejor y se debe resaltar el orden táctico y las funciones defensivas, muy acertadas y contundentes a la hora de pararse firmes.
Mención aparte se lleva un factor en la Selecta, y es que ahora sostuvo mejor el balón y en cada vez, intentó salir jugando con balón a ras de piso, intentando construir en base a posesión hasta llegar a tres cuartos de cancha y buscar el espacio para asistir al único delantero que inició, José Peña, con poco y nulo acierto y que terminó asfixiándose en la zaga canadiense.
El desdoble de Pineda fue meritorio, me gustó también la función de Dustin, nada estático y con velocidad hacia adentro, y hasta su sustitución, fue el hombre que por banda derecha y hacia el centro intentó buscar descolgadas y el perfil para el remate o para buscar en la banda y al espacio para seguir abriendo el juego hasta línea final. Además, lo de Corea, no tiene nada que ver con lo que corrió, sino lo que le aportó al equipo con el balón en los pies y con proyección en ofensiva.
El punto negativo es en primer lugar la ausencia de un centrodelantero idóneo y capaz de multiplicarse en ofensiva. Carecemos de un hombre de área que sea capaz de pescar un balón y mandarlo a la red, no existe esta posición en la Selecta, y ni José Peña o Rafael Burgos cumplen con honores esta función. Igual, no es su culpa, llegan con poco acompañamiento y reciben de espaldas al marco, y entre dos o tres defensores, la tarea del goleador se vuelve titánica.
Ante Canadá fuimos testigos de la impotencia que reina en la selección. Sobre los últimos 15 minutos era más visible la resignación de saber que de aquí no pasamos, a intentar una última para ver si al menos conseguíamos un gol y con ello le damos un poco de vida al deseo y sueño mundialista.
Desde que Maradiaga sacó a Punyed y Corea, la selecta perdió empuje, el hondureño sacó a los dos mejores hombres que tenía el equipo y de ahí en más, se perdió el equipo, se perdió el empuje y nos quedamos huérfanos de fútbol, y carentes de ideas y de manejo de balón con criterio. En fin sin esperanzas de clasificar.
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