La normalidad invitaba a que el equipo de Luis Enrique sacara un resultado positivo de primas a primeras ante el Levante, por el historial entre ambos equipos, pero en la cancha, en el Camp Nou, el visitante puso en aprietos al Barça, a quien le aguantó 50 minutos dándole la cara y haciendo un encuentro serio en defensa.
El Levante se había llevado en el bolsillo 15 goles en sus últimas tres visitas, pero ahora, a pesar de llevarse cuatro en contra, le dejó un sinsabor diferente, por el rendimiento y por el guión del encuentro.
Si la normalidad decía que el Barça iba a manejar el encuentro en base a goles desde el primer minuto de juego, ésta hizo que la lógica se quedara corta, o al menos, la hizo esperar hasta que el encuentro estaba ya, muy avanzado.
Fue un Barca menos que brillante, sin luz propia como conjunto y más enfocado en las individualidades, donde nuevamente resurgió la figura de Messi, para mal y para bien, porque falló un penal y borró del mapa de las discusiones, la clamorosa salida a cazar mariposas de Ter Stegen, reavivando mucho más el debate que le asemeja a la realidad que vivió Valdés en sus inicios bajo los tres palos del arco azulgrana.
De ahí en más, Messi se vistió de vengador y puso punto y final al debate. Anotó un doblete, como en rechazo a su estadística “mala” de fallar hasta 6 penales con la camiseta azulgrana, pero en resumen, ni los penales fallados podrían incluso, borrar el gran rendimiento y lucidez de Lío en el rumbo que lleva el barco azulgrana. Consigo el Barça carbura mejor, y sus goles le encumbran cuando el equipo no está fresco.
Antes, Bartra se vistió del alma de delantero que posee al igual que Piqué, y destrabó un partido que parecía encaminado al empate y del cual todas las vías estaban tapadas. Su gol reavivó la chispa apagada del azulgrana y luego, en 11 minutos doblegaron a un laborioso Levante que hasta entonces, había puesto todo para evitar salir goleado.
Neymar al 56’ marcaría el segundo en medio de un mar de piernas. Messi fallaría un penal al 61’ y cinco minutos más tarde llegaría el fallo de Ter Stegen. Salió a pegarle al aire y con el arco vacío, Casadejesús anotaría el descuento para la visita. 3-1 y las alarmas saltaban en Can Barça.
Nueve minutos más tarde, al 75’ Messi fallaría su penal, pero como con deseos de irse con la espina, al 90’ anotaría el cuarto gol definitivo y el segundo en su cuenta personal.
El Barça no fue brillante, pero logró una trabajada victoria, ante un rival que le cerró el paso, pero encontró pronto la manija y la brújula para devolver la normalidad. Una victoria, y el liderato en poder azulgrana.
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