Increíble pero real. La Selecta no pasó del empate en su visita ante San Cristóbal y Nieves, producto de la inoperancia, falta de ideas y poca profundidad para llegar a marco rival.
El desbalance imperante en las líneas de Roca es un cielo abierto a la nula idea de un estilo, ante un equipo -sin menos precio alguno- que en los papeles daba para una victoria pero que invocan -como siempre- a la peligrosidad que reviste enfrentar a un rival caribeño en partidos de ida y vuelta.
Ya anunciaba Roca en la previa en su cuenta de tuiter que “veríamos el Roca Style que tanto gusta a la afición”, no tengo ni la más remota idea de qué se trata ese estilo o si la línea es seguir sembrando más dudas y preguntas sin respuesta, o solamente se trataba de un chiste sin gracia para que lo hiciéramos noticia los que vertimos palabras en la web y tinta en los periódicos, pero la cruda realidad de nuestra selección se ha visto hoy en la visita al caribe.
Es muy difícil querer sacar algo bueno de todo esto cuando en términos generales, el rendimiento del equipo fue peor que regular, donde fuimos favorecidos por la “inexperiencia” -si cabe- de nuestro rival, y es que el gol inicial en pies de Irving Herrera, fue eso, un desacierto en la zona defensiva. Me sigo preguntando qué intentaba hacer Harris jugando peligrosamente con el balón, con un rival encima y con el arco vacío, lo cierto es que producto de esa misma desafortunada inexperiencia, la Selecta encontró la ventaja, misma que no había sido capaz de lograr por mérito propio.
Sea como sea, la selecta ganaba, ponía fin a una sequía de goles y calmaba las ansias. Pero el resultado era tan sólo un espejismo.
Los locales encontrarían el empate tras un rechazo de Menjívar hacia el borde del área que cogió Mitchum para, con una volea enviar el balón al fondo de la red. Impensado pero justo. Por si fuera poco, apenas tres minutos más tarde, lograría el local darle la vuelta al resultado con una pared que dejó desarmada a toda la defensa, mientras, Sawyers con calma, tiempo y paciencia puso el balón donde encontró el espacio, pegadito al palo izquierdo de Carrillo. Era el 2-1 para los locales y la confirmación de los males que aquejan a los dirigidos por Roca.
A la Selecta le costó regresar, pero finalmente encontró el camino. El empate, de Nelson Bonilla apaciguó la marea. El 2-2 deja un mal sabor de boca para la vuelta. Empatar de visita no es malo ni de lejos, pero las formas en que se consiguió deja una gran interrogante sobre el camino de esta selección.
En el Cuscatlán se definirá todo y ojalá aquí se muestre más solvencia y sobre todo seguridad.
De mi parte, creo que voy definiendo cuál es el Roca Style, el verdadero.