Un nuevo capítulo de los amaños se ha abierto, con publicaciones y declaraciones de dimes y diretes entre uno y otro de los supuestos organizadores de la venta de partidos de la Selección Nacional, a quienes incluso la fiscalía ha puesto en el ojo del huracán con acusaciones formales que los van a llevar a juicios penales para afrontar la justicia, esa misma que muchos pedimos pero que a ojos de la misma FESFUT no es bien vista para retomar y reabrir la investigación.
Quizá es un poco más de lo mismo, aunque en esta nueva entrega de confesiones, hay otros jugadores salpicados quienes en defensa propia y en palabra de Juan contra la de Pedro intentan enviar la dirección de las acusaciones hacia otro sitio y exculparse de responsabilidad, pero en el fondo como dicen “si el río suena, piedras trae”.
Ahora, ante la mirada del aficionado, este es un tema que ya desgasta y raya en lo trivial, lo mejor que podrían hacer es acusar a los que haya que acusar y sancionar si existen más implicados y que se deduzcan las responsabilidades, el capítulo hasta cierto punto ya estaba cerrado, los primeros culpables fueron sancionados y la rueda de caballito sigue girando y parece que este rosario tardará mucho en llegar a su fin.
Me quedan en el aire las declaraciones del presidente de Atlético Marte: “Los jugadores ya fueron sancionados, si aparecen nuevos nombres habrá que analizarlo, pero de momentos no… Además, FIFA ya dio su aprobación. En lo que se refiere a los jugadores que están mencionados en la Concachampions, le corresponde a la Concacaf hacer la investigación”, con lo cual cierra la puerta a seguir con las investigaciones, por qué, quizá por la misma razón que expongo allá arriba, es un tema desgastante y que a la larga terminará nuevamente en nada, al final de cuentas, los culpables ya no están jugando aquí, y a otros en cambio, siguen en el fútbol nacional e incluso algunos medios los daban y los siguen dando como candidatos a vestir nuevamente la camiseta de la Selección, así, mejor apaguemos la luz y quedémonos callados que el circo no tendrá fin.