Águila volvió al camino de la victoria después de sufrir para sacar adelante su encuentro ante la UES.
La victoria ante Metapán fue un golpe de autoridad en toda regla para Águila, pero a media semana, la derrota ante Pasaquina hizo encender las alarmas y la sensación que el emplumado hace una buena y una mala, y además, que la irregularidad está latente como lapsus de un equipo construido para ganar.
Esta vez, ante la UES se vio asfixiado durante gran parte del encuentro, sin poder encontrar los hilos y el ritmo de juego, ese que impuso el cuadro académico y que lo mantuvo al margen y con muchas dudas.
La UES no fue un rival fácil, y es que el 1-0 si bien no miente en lo que a dificultad conlleva, si hay que ser claros en decir, que Águila se ahogó ante un ordenado cuadro visitante que mantuvo el libreto hasta que recibió el gol de la desventaja. Y es que la UES tomó la sartén por el mango y puso las cartas sobre la mesa, a sabiendas que Águila es un equipo que goza de buen trato al balón y que sufre cuando no puede salir tocando, le puso la marca bien arriba, a la salida del balón, al cuello de los defensores, así, obligaban a rifar la pelota, pelotazo arriba y luchar por recuperar el cuero. Así, la UES encontró ventajas, con líneas separadas pero con amplia cobertura y relevos, desarmó una y otra vez el eje de creación y de ataque de Águila, que no encontraba la brújula para salir jugando.
Águila tardó mucho en hacer su juego, si se puede decir que lo hizo, pues, la UES tuvo en la presión y en la marca su mejor arma, obligaba al error en la entrega al emplumado que se veía cegado en su intento por salir con balón dominado pero que no podía solventar con su juego más allá de media cancha.
La UES demostró que cuando presionan arriba al negronaranja, le cuesta crear su juego, y es que, la ausencia de Baires sigue pesando, el enlace defensa y mediocampo no carbura, al menos no ahora, en el que salir jugando no fue el mejor recurso. Camargo no fue la solución en el juego más si en el resultado. Un bombazo suyo que se desvió en un defensor catedrático sorprendió al meta visitante y el balón lo bañó para marcar el único gol del encuentro. Hasta entonces, Águila respiró, y con el ingreso de Baires, tuvo mayor tiempo el esférico y logró sacudirse la presión de los pumas que vendieron cara su derrota y no bajaron los brazos hasta que se pitó el final del encuentro.
Así Águila logró una victoria más, por la mínima pero que vale igual.