Ser uruguayo o argentino, en El Salvador se paga caro, el alto costo del acento seguro que pone a más de algún directivo de cabeza al pensar de dónde se sacará plata para pagarle a uno de estos extranjeros. Pero quizá, no existirá nada más frustrante que traer un jugador de fuera para hacer la diferencia y termine siendo un total fiasco como muchos otros casos que hemos vivido en el país.
A Nicolás Fagúndez, le conocíamos poco, más bien nada, salvo que era uruguayo y que era zurdo, y la historia que en algún momento fue cajero en un supermercado, se conoció cuando los días comenzaron a contarse sobre su espalda, donde combinaba un trabajo estable como cualquier persona, y a su vez, se las arreglaba para jugar al fútbol amateur por las noches.
El salto del amateurismo al fútbol profesional le llegó por obra y gracia de un técnico que le puso el ojo a su zurda mágica, quizá, nosotros también deberíamos agradecerle a ese técnico, y de ahí todo es historia. Jugó en el fútbol profesional a partir de los 25 años, y ahora recaló en Águila, donde los extranjeros se miden con lupa, y se le exige desde el primer minuto de su llegada, desde que se sabe que tiene acento, y si es sudamericano, la exigencia quizá hasta se duplica.
A Fagúndez se le han visto enormes cosas, como ser el diez que faltaba en CDA, ser el revoltoso del mediocampo, la brújula, el barómetro, el que lleva los tiempos, el que presta, pasa y recibe el balón, y además, también marca goles. La zurda que tiene el uruguayo, la usa como un guante para mandar a guardar el balón a la red y su calidad en el regate, pues, basta con verlo jugar algunos minutos para maravillarse de su juego.
Algunos equipos en este país presumen de tener el mejor mediocampo de la liga, pero es más ruido que realidad, mientras, a Nicolás, que llegó con una tremenda obligación y exigencia de una afición cada vez menos paciente, ha enterrado cualquier duda que hubiese existido y paga con fútbol y elegancia en cada partido, él solo. El diez, le ha dado un nuevo rostro al fútbol aguilucho, y además ilusiona a la afición.
En CDA, muchos extranjeros se han ido en la misma forma como vinieron, sin cumplir y siendo promesas rotas, para muestra, basta con hacer un recorrido a los tres últimos torneos para darnos cuenta. Si existe algo que se le puede agradecer a la directiva, es que esta vez, si la metieron bien en el fichaje del uruguayo. El cajero, el zurdo mágico.
No sé hasta dónde llegará Águila este torneo, pero ojalá y que Fagúndez no piense en cambiar de aires, y que también la directiva haga correctamente el trabajo que le compete.