TEHABLODEFUTBOL.COM/ Para muchos, la Champions League es el mejor torneo de clubes que hay en el planeta fútbol, y razón no les falta. El plus, el lujo, el espectáculo, pero sobre todo, el dinero que este torneo reparte al campeón y a los participantes, hacen que el mismo, sea el gran objetivo de los clubes grandes del viejo continenete cada año, y además, de aquellos que no lo son tanto pero que buscan en este, un aporte económico para poder suplir de mejor forma la temporada que se avecina.
Hemos sido testigos de una semifinal a todo poder entre Atlético de Madrid y el Bayern, con el pie al fondo del acelerador y una suma de golpes cual ring de box entre uno y otro contendiente, un espectáculo puro, lleno de emoción y de mucha entrega. Pero el torneo no está excento de estos duelos que se entienden como finales adelantadas, ya antes hemos visto batallar a un Borussia Dortmund ante el mismo Real Madrid, o un Chelsea-Barca de infarto allá por 2009, además, fuimos testigos de aquel Milan-Barca, en el 2006, y no podemos olvidar, esta misma temporada, el Juve-Bayern, que dejó goles y emociones para todos los gustos, y aunque este último fue un duelo fuera de semifinales, no nos queda la menor duda que la Champions da para duelazos en el sentido estricto de la palabra.
En la previa, el Manchester City hizo los honores al Real Madrid, donde algunos, ilusamente como su servidor, anticipaba espectáculo, ofensiva, goles, garra, eso que tanto pregona la Premier League, pero la realidad nos llevó en un camino distinto. Ambos equipos se enfrascaron en un aburrido, tétrico, mezquino y decepcionante partido. No miento cuando digo, que al final del primer tiempo hubiera deseado que se marcara el fin del encuentro y que la segunda parte no se jugara más.
Ambos equipos demonizaron una semifinal de Champions de la forma más fea, ofreciendo de lejos, uno de los peores encuentros que se haya visto en la actual edición de la “orejona”, ni Pellegrini ni Zidane ofrecieron un espectáculo digno de ver, contrario a esto, ofrecieron una de sus peores versiones, si es que podrían ser peores, ninguno arriesgó y se limitaron ambos a medir fuerzas en el mediocampo, con más transición que ataque, la verticalidad que se esperaba de ambos terminó rozando lo pésimo en la escala de belleza que este deporte ofrece.
Lamentablemente, el torneo no ofrece la posibilidad de eliminar a los dos contendientes por hacer un mal fútbol y por no salir a comerse al mundo en 90 minutos, pero si la hubiera, pagaría incluso porque ambos equipos se quedaran sin la oportunidad de buscar un puesto en la final.
Admito que los madridistas de turno me señalaran mi barcelonismo antes de ser coherentes con el juego de su equipo y de su rival, pero vamos!, es una semifinal de Champions, no un trofeo Santiago Bernabeu o una International Champions Cup de pretemporada.
Dudo que cambie el panorama para la vuelta, pero ojalá se recuerden lo que este torneo vale y de lo que se espera de ellos, porque en la ida, sinceramente los dos equipos decepcionaron.