TEHABLODEFUTBOL.COM Nada hace más mal a una persona que gozar de la abundancia y no saber darle un buen uso a los recursos, ni poder dirigirlos en la dirección adecuada.
El Barcelona ayer, como el sábado ante el Madrid, encontró en sus narices el olor de la abundancia, un estado que le venía cuajando buenas o malas actuaciones pero ocultadas en la mayoría de veces por los goles y por el rendimiento de sus estrellas, la MSN, goleadora casi siempre, se vio débil, sin cohesión y pobre en delantera en ambos encuentros, pero hasta el encuentro de Champions de ayer, nada más Suárez logró reencontrar el camino al gol y con ello fue suficiente para sacar el barco de un posible hundimiento ante el Atlético del Cholo.
Recursos, es lo que le sobra al Barca, pero pareciera que esto genera cierta complaciencia a sabienda que tarde o temprano llegará el gol, que poco a poco se orientará el barco y todo volverá a la normalidad. Fue así ante otros equipos, que desnudaron alguna de las debilidades del equipo de Lucho, pero que terminaron sucumbiendo ante el poderío individual goleador y además del colectivo que también sabe qué hacer con el cuero en los pies.
Mucho sabe el Cholo de planteamientos tácticos, como sus pupilos de luchar como los 300 de Leónidas, ser inteligente y golpear en el momento justo y en la debilidad del rival. Torres, un viejo zorro, al que muchos intentamos jubilar, pero que tiene como máximo juguete al Barca, asertó en su movimiento y en una salida desproporcionada de Piqué al abandonar su posición para cortar el avance, dejó una autopista para que “el niño” enfundara su pistola y asestara un tiro de gracia que dejó descolocado a Luis y los suyos.
El golpe, en lo anímico y en la moral dejó tocado al Barca, que le costó un mundo sacudirse al rival. Ayudó en cierta medida la expulsión de Torres, a quién, irónicamente, se le fue la medida del pie y tocó más pierna que balón en dos jugadas poco trascendentales y hasta cierto punto infantiles para un jugador machacado y fogueado en estos menesteres.
Dejó a su equipo con 10 y el descanso fue un hervidero en el camerino azulgrana.
La segunda parte, fue el de la redención para el Barca. Sacó las fuerzas y aplicó el manual de estilo. Llegada por derecha, por izquierda, aperturas, juego frontal, asfixiar al rival, juguetear y hacerlo correr, llevarlo al cansancio. Fue Suárez el encargado de la gesta. Dos goles suyos que devolvieron la calma y pusieron las cosas en su sitio.
Nuevamente la abundancia hace su aparición. El Barca quitó el pie del acelerador y el Atlético cogió fuerza de donde no las había y apretó y tuvo el segundo y el empate. Se ahogó su grito de gol y se quedó medio enterrado pero muy vivo, y con más fuerza y energía para el encuentro de vuelta en el Calderón.
Ahora, Luis deberá recomponer a los suyos, la abundancia no siempre será vigente ni se hará presente, hay veces en las que se debe recurrir si o si a picar la piedra, a bajar a la cantera y ponerse el traje grasiento y ensuciarse las manos.
Hay que trabajar mas para poder ganar.