TEHABLODEFUTBOL.COM Si querés ver fútbol, mirá un partido del Barcelona, si querés ver goles, encomendante al tridente de la MSN, sentate y disfrutá.
Me decía un amigo que veía el partido complicado, ya que el Valencia era un rival que se le atragantaba al Barcelona, y sí, estaba en lo cierto, pero esas pesadillas el Barcelona las vivió cuando estaba el “Piojo” López, el delantero argentino que hizo como quiso al equipo azulgrana en aquellos años.
Ahora, la historia es otra. Este Valencia no es ni la sombra de aquellos buenos años, sumido en una mala temporada futbolística, un técnico inglés que poco o nada sabe del fútbol español, sabedor de su inferioridad en plantilla, alineó hasta siete jugadores defensivos, un planteamiento que invitaba a pensar que sería un muro difícil y que, obligaría a que el partido de vuelta en Mestalla, se jugara con el cuchillo entre los dientes para definir la eliminatoria.
Pero ni una cosa ni otra. El que si jugó con el cuchillo en los dientes fue Suárez, y todo el Barcelona en sí. Un vendaval de fútbol, un huracán, una aplanadora, el azulgrana se comió vivo y sin reproches al conjunto ché. Luis Enrique le dio cátedra a Neville, y el Valencia cayó destrozado en tan sólo 29 minutos.
Dos goles de Luis Suárez en un estado de forma pletórico y uno de Messi en la primera parte, fueron los tres primeros clavos del ataúd y con ello la eliminatoria pintaba a una noche tranquila, incluso Neymar se dio el lujo de fallar un penal, quizá, el punto débil del brasileño.
Ni los cambios ni el medio tiempo cambió el panorama. El Barca necesitaba un encuentro así, ser superior, jugar como los dioses e imponer el látigo de su fútbol, borrar las dudas de las últimas semanas y deslumbrar.
El azulgrana no bajó el pie del acelerador y no tuvo compasión de un vencido Valencia. Finiquitó el encuentro con una goleada de escándalo. Messi anotó dos goles más para su hat-trick y Suárez anotó otros dos para su póker de goles. El Barca lo disfrutó, lo buscó y lo consiguió, la eficacia dio la nota, la belleza del juego quedó enmarcado y el Valencia, prácticamente eliminado. Tendría que suceder una catástrofe para que el Barca perdiera por 8 goles y no anotar ninguno.
El camino a la revalidación del título está asegurado y solo faltará cumplir el trámite para disputar una nueva final de Copa.