TEHABLODEFUTBOL.COM / Winston Bogarde, señalado por la afición como el peor fichaje en la historia para el Barcelona, un jugador que llegó de la mano de Luis Van Gaal, un tipo soberbio, de musculatura voluptuosa, pero que dentro de la cancha carecía principalmente de las virtudes que señaló su técnico a su llegada, quien argumentaba que era “un buen marcador”, jugaba “bien en el uno contra uno” y tenía “un notable concepto de la presión al rival”. Ni una cosa ni la otra.
Central zurdo, una de las posiciones para las que siempre o casi siempre escasearon jugadores de perfil idóneo, de esos que las canteras se encargan de producir pero que muy pocos logran llegar a un nivel alto en exigencia y rendimiento, los goles pagan mejor que defenderlos al final de cuentas. El holandés, ex Ajax y Milan, campeón con el primero y efímero paso con el segundo, desembarcó en Can Barca con la exigencia de demostrar sus galones, esos que entre ceja y ceja de su técnico, los valía y los tenía.
En su historial, el nuevo central, desentonó en su debut con un penal en el derbi ante el Espanyol, una premonición de lo que sería su estancia en la cancha durante las próximas temporadas. Ni aquí ni allá, el holandés Bogarde, daba clases de cómo ser un pésimo defensor, y se comía un baile adentro y otro afuera, pero a vista de todos –menos de su técnico- el holandés debía coger su maleta e irse por donde vino, pero Van Gaal, necio y ciego en su idea –como muchas otras veces- prefirió dejar en el banquillo a pesos pesados de la historia azulgrana, como Nadal, Abelardo o el mismo Sergi Barjuan. Hecho que sin duda activó mucho más el altavoz en contra de técnico y jugador, ya que no veían con buenos ojos que un extranjero de tan poca calidad técnica vistiera la camiseta del Barcelona, a expensas de tener otros de mejor rendimiento.
El tiempo se encargaría de hacerle abrir los ojos a Van Gaal, el fichaje estrella, que tuvo más pena que gloria en el Barcelona, se las vio negras en un partido de Champions, ante el Solna, donde el técnico tuvo que sustituirlo a los 20 minutos de juego porque el jugador actuó más como un oficial de tránsito –dando vía por todos lados- que como defensor. Esa vez, Van Gaal tuvo miedo de llevarse 10 goles en contra y lo sustituyó.
Increíblemente, la historia de Bogarde, prácticamente llegó a su fin, cuando Van Gaal se fue de Barcelona, se fue con quien llegó, y el defensor cogió su maleta con rumbo a Londres, donde el Chelsea pagó la estrafalaria suma de 40,000 libras semanales al holandés, en uno de esos inexplicables contratos que carecen de lógica, como el mismo fichaje del holandés para vestir la camiseta azulgrana.
Winston tuvo peor paso en el Chelsea donde solamente disputo 11 partidos en 4 años, y a pesar de los intentos por su venta, el jugador no se movió del club, a raíz de saber que su jugoso contrato no lo encontraría en otro lado.
Así, se resume la historia de este jugador, que llegó con gloria y se marchó con pena, y seguirá en la retina del aficionado azulgrana como el peor fichaje que haya pasado por Barcelona.
P.D.: Me sigo discutiendo una rivalidad como peor fichaje con Chigrinsky.