Pobre, demasiado pobre lo de Águila hoy. Me cuesta creer que el equipo haya mostrado quizás y de lejos una de sus peores caras en todas sus líneas.
Un equipo amarrete y timorato, demasiado reservado para lo que tiene en plantilla. Aún no me creo que Correia haya cometido el mismo error de otras ocasiones de alinear un equipo ultraconservador cuando lo que tiene por nombres es pólvora en estado puro. Me cuesta creer que Alianza le haya pasado por encima en el guión del encuentro y que Águila haya sido un trapo sucio y sin poner la menor de las resistencias.
Lo más digno hubiese sido, salir a ganar, no a especular. La ventaja deportiva te da la clasificación, si, pero en serio, Águila no sale a empatar, o al menos el equipo que tiene no es para salir a defenderse y buscar un empate de visitante, pero hoy Correia puso un equipo con muchas reservas y eso a la postre le generó la falta de ataque y una descompensación bárbara en todas las líneas.
Águila fue demasiado débil defendiendo y nulo en ataque, llegó hasta el minuto 15 para sacudirse mentirosamente la presión de Alianza. Y es que hay que decirlo, el conjunto albo mostró mejores ganas y fue más vertical y decidido para ir por el partido, a sabiendas que un empate en la serie lo dejaba fuera.
Mención aparte se debe llevar el penal, una mentira tan grande, una barbaridad, una vergüenza, aún no sé cómo el árbitro Ventura se dejó engañar por Zelaya, que se tiró un clavadazo descarado adentro del área cuando sintió el hombro de Deris. Yo aún no me la creo, sigo viendo la repetición por doceava ocasión y me sigue pareciendo una mentira.
De ahí en adelante el árbitro se destapó más en sus cobros localistas, y Águila tampoco encontró la fórmula para regresar al partido.
Quizá es injusto señalar solo al arbitraje cuando el equipo tampoco dio garantías de poder revertir el resultado.
La segunda parte fue más de lo mismo, Águila no encontró los caminos, y los que buscaba, le eran minados por la enorme defensa que planteó Alonso, quien dicho sea de paso, le ganó el duelo táctico a Correia.
Sigo creyendo que Eraldo no hizo sus deberes, no vio videos, no estudió a su rival, nunca se dio cuenta que su esquema táctico fue superado desde el inicio cuando frente a sí tuvo tres delanteros y él optó por jugársela con uno y poner un equipo más pensando en defender la ventaja y evitar recibir un gol, que salir a aprovechar los espacios que obviamente tendría adelante.
Y es que Alianza no tuvo a Sosa y a Rivera, de lejos, los mejores mediocampistas del momento, pero aún así, Correia fue tan poco visionario que no supo encontrar la forma de adueñarse del centro del campo, y fue ahí precisamente donde comenzó la retahíla de problemas para el equipo.
La defensa débil, no generó confianza ni la firmeza esperada, el mediocampo –que no existió nunca- tampoco recibía con comodidad el balón, es más no había movilidad, y de ahí hasta la ofensiva, estaban demasiado estáticos y los defensores y más bien los laterales, debían retroceder nuevamente a la línea de salida para volver a comenzar la jugada.
Águila careció de creación, se vio huérfano en ataque y regaló un encuentro en el que pudo haber sacado oro si hubiese tenido un planteamiento diferente.
Nicolás falló lo impensado. Tuvo una, quizá la más clara de todo el encuentro y la tiró a las gradas. Esa pudo ser, pero increíblemente no la aprovechó.
Alianza tuvo para anotar el segundo o el tercero, pero Benji sacó un enorme mano a mano y quizá es la jugada que mantiene con vida a Águila de cara al encuentro de vuelta.
Queda aún, la segunda parte, que se disputará en el Barraza, donde, al menos yo espero que el equipo muestre un rostro diferente, que ataque y que salga a ganar, y es que, no tiene otro camino si desea llegar a la final.
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