La Selección de Holanda vio frustrados sus intentos por lograr la clasificación a la Eurocopa en el último tren que podría llevarlo a la máxima competición europea de selecciones, al caer derrotado por la República Checa en el Amsterdam Arena con un 2-3 producto de la inestabilidad defensiva y de un gol en contra de Van Persie.
Parece increíble que los holandeses, llamados “campeones sin corona” no van a estar en Francia en la próxima edición de la Eurocopa, pero la derrota, impensada, los margina de estar en el torneo, donde no dejaban de asistir desde el torneo disputado en Francia 1984, pero curiosamente, no será esta la primera vez que no jueguen en territorio francés, también falló en la edición de 1960 y ahora en 2016.
La Holanda, la “naranja mecánica”, es un equipo totalmente indiferente al que terminó con el tercer lugar en el Mundial de Brasil del año anterior, y aquel equipo que dirigió Van Gaal terminó siendo un espejismo y una sombra en Amsterdam ante una República Checa imponente, que a pesar de saberse clasificada sacó la aplanadora y dejó prácticamente derrotada a la Holanda en su propio estadio y escribiendo el fin adelantado que ellos mismos anunciaron durante toda la fase clasificatoria.
Con esta derrota, los Sneijder, Van Persie, Huntelaar o el mismo Robeen, lesionado, estarían quizá, al borde de su adiós a la naranja. Un desenlace fatal pero escrito desde hace mucho.
Holanda no pudo siquiera rozar la clasificación, su única alternativa era clasificar al repechaje, tan triste como real, pero pagará el precio de la irregularidad y de la falta de convicción para buscar el boleto. Adiós a Holanda.
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