Williams Reyes fue el gran protagonista de la victoria de Águila en Opico, ante un Juventud Independiente que va de mal en peor en el torneo. Suma ya seis encuentros sin ganar entre los que se destacan tres derrotas para hacer tangible el pobre rendimiento del conjunto arqueológico.
Para Águila, no pudo ser mejor. Logró reponerse de un tempranero gol de los locales, tras un tiro libre que se coló entre la barrera y siguió su camino de gol casi besando el palo izquierdo de Benji, quien, con una tardía estirada no fue capaz de evitar el 1-0 en contra.
Hasta ahí, se pensaba que Juventud Independiente podría tener un mejor panorama del encuentro. Gol tempranero –no se habían jugado ni dos minutos-, rival en busca del empate y espacios atrás para encontrar opciones de gol.
El gol le pesó al Juventud, que vio como Águila encimaba y se hizo dueño y señor del esférico y de las acciones. El conjunto emplumado acosó y en serio el marco rival, apretó los dientes y puso su poder ofensivo en acción. En una de esas, una mano de Mario Morales dentro del área, generó un penal a favor de Águila. La opción de oro la convirtió Williams Reyes para decretar el empate del marcador. Justo.
Águila continuó su acoso, intentó por los costados y a veces por el centro, pero en cada una de esas ocasiones se topó con un juego aéreo bien controlado de los Opicanos, que sacaban cuanto centro llegaba a las inmediaciones de su portería. Pero como ha venido sucediendo a lo largo del torneo. Los errores se pagan caro. Un centro de Baires desde la derecha no pudo ser despejado por su defensor, el balón quedó botando y con la zurda, Reyes la mandó a guardar con un potente disparo.
Era el 1-2, doblete para Reyes y Águila ponía las cosas en su sitio por lo hecho hasta ese momento.
La segunda parte inició como la primera, con el cuadro local llevando peligro, pero esta vez Benji estuvo atento y evitó lo que podría haber significado el empate, tras un remate de larga distancia cuando los segundos 45 minutos recién iniciaban.
Reyes tendría su tarde redonda y cuando se jugaban 20 minutos de la segunda parte, un centro del sustituto de Umanzor, Erick Villalobos, encontró solo y su alma a Williams, quien con un cabezazo anotaría el tercero de su cuenta personal y el 1-3 a favor de Águila.
La locura se desató en los graderíos, el “ole, ole” se dejó, oír y Águila era más, como también lo fue en afición, que pobló el Complejo Deportivo en un encuentro difícil.
Erick Villalobos inició su particular entrada en escena con llegadas por la banda izquierda buscando meter centros peligrosos, o regateando a cuanto rival se le pusiera enfrente, lo que inquietó y molestó a los jugadores opicanos que comenzaron a pegar y a meter la pierna contra cualquier jugador emplumado, pero los roces afortunadamente no pasaron a más.
Águila sumaría una enorme victoria, con buen fútbol y con goles, lo que lo lleva a ubicarse a un punto del liderato pero aún en la segunda posición.
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