Tras la debacle ante el Celta a media semana, la mejor cura para los males era una victoria ante la UD Las Palmas, que regresó once años después al Camp Nou.
Pero la realidad no pudo ser más cruel con el barcelonismo, donde esta no termina de dejar ver la luz al final del túnel. Si al Barca, la sanción de la FIFA por dos mercados lo dejó inhabilitado para inscribir jugadores, y por si fuera poco, recibir entre semana una recomendación del máximo organismo del fútbol para no inscribir a Arda Turán, ahora se le suma también a los ya lesionados Rafinha o Vermaelen, Leo Messi.
El argentino se lesionó cuando apenas se jugaba el minuto 3, tras golpearse la rodilla izquierda, en un choque accidental en un intento por inaugurar el marcador del encuentro. Del golpe, Lío intentó aguantar, pero posteriormente, al minuto 9, terminaría pidiendo el cambio por no poder continuar en el terreno de juego, dejando helados al Camp Nou, a sus compañeros y al barcelonismo entero. Los fantasmas de aquella lesión ante el PSG revivieron. Messi se retiró del campo y de ahí, el encuentro pasó a segundo plano.
El Barca siguió siendo espeso y demasiado previsible, su juego no mostró mejora alguna respecto de lo visto en la sublime derrota ante el Celta. Con fallos en defensa y errores adelante, el azulgrana mantuvo con vida a su rival, a quien, ni los goles de Suárez ni el penal errado por Neymar –uno más- fueron suficiente para borrarle de la cabeza un intento por sacar al menos un punto del Camp Nou.
Y es que Las Palmas, tuvo opciones para robar como mínimo un puntito del templo azulgrana, pero entre Ter Stegen y fallos propios, la visita se quedó a las puertas de la remontada.
Al final de cuentas, lo peor no fue el mal juego ni tampoco el premio la victoria. De todo, lo peor ha sido que Messi estará fuera al menos dos meses, donde se perderá partidos vitales como el clásico y encuentros de la Champions.
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