Chelsea venció a Arsenal en el clásico de Londres

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El Chelsea tomó aire en la Premier gracias a una afortunada victoria frente al Arsenal, confirmada a partir de un cabezazo de Zouma en la segunda parte, pero que comenzó a tomar cuerpo en el alargue de la primera, cuando Diego Costa provocó la expulsión de Gabriel Paulista y rompió los esquemas de los Gunners.

Un excelente cabezazo de Zouma al poco de comenzar la segunda mitad y un disparo de Hazard que desvió Chambers en el tiempo añadido le dieron al campeón una victoria tan cómoda en el desenlace como inmerecida, por cuanto por futbol y justicia debió tener más suerte el Arsenal. El equipo de Wenger sobrevivió como buenamente pudo en la segunda mitad con inferioridad, hasta que Cazorla vio la segunda amarilla y condenó al equipo de Wenger a acabar el choque con nueve jugadores, mientras en el Chelsea, mediocre en su discurso futbolístico, Diego Costa, provocador hasta límites insospechados, se marchó al banquillo sustituido, sonriente y satisfecho.

El reencuentro entre dos enemigos evidentes como son Mourinho y Wenger volvió a estar presidido por un partido agrio, duro y polémico, comenzando por su frío y desagradable saludo y acabando con una despedida no mucho más educada… Y con Mike Dean, el árbitro, en el centro del escenario desde que permitió que Diego Costa convirtiera un encuentro duro pero correcto en una escena, la del final del primer tiempo, entre lamentable e indigna. Mejor posicionado en el campo y con mayor empaque futbolístico, el Arsenal tomó el control en un escenario en el que había perdido sus últimas tres visitas ligueras. Y en el que había recibido un humillante 6-0 el 22 de marzo de 2014. A través de la dirección de Cazorla, los gunners sacaron a la luz las carencias de un Chelsea que respiró el miércoles en la Champions pero sigue, lo evidenció, estando muy alejado de lo esperado.

Pero las esperanzas del Arsenal comenzaron a fundirse en el tiempo añadido de la primera mitad, cuando Diego Costa se las tuvo con la defensa del Arsenal, se enfrentó desafiante con Gabriel Paulista y tras ser amonestados ambos por el árbitro, cuando el internacional español mereció la expulsión, fueron andando hacia el centro del campo entre reproches e insultos disimulados, hasta que el zaguero del Arsenal le dejó ir una patada que el delantero del Chelsea reclamó airadamente y desembocó en la expulsión de Gabriel. La guerrilla de Costa rompió al límite del descanso los esquemas de Wenger, provocando que reforzase la defensa con la entrada de Chambers por Coquelin y entrando en depresión a los ocho minutos de la continuación, cuando un centro de Cesc lo remató de cabeza a gol Zouma, aprovechando la disminución del poderío por alto del Arsenal.

Aún con diez lo siguieron intentando los gunners, sobreponiéndose como buenamente pudieron a un arbitraje en el que Mike Dean siguió permitiendo todas las provocaciones y protestas de Diego Costa… Para expulsar por doble amonestación a poco del final a Cazorla, por protestar una falta señala por una entrada a Cesc. A once minutos del final se acabó la duda. Sin mostrar apenas nada más allá de la calidad de Hazard, el toque de Cesc o el desempeño de Pedro, Mourinho se salió con la suya y convirtió la victoria, que sentenció el belga con fortuna en el tiempo añadido, en el mejor de los argumentos. Todo en una novela en la que Diego Costa fue juez y parte en la misma medida que Mike Dean, el árbitro, se convirtió en el peor de los protagonistas.

EFE

Post Author: JoseMa@Díaz

Bloguero y enamorado del fútbol.