Para muchos, el resultado es lo más, para otros, el volumen de juego lo es mucho más, pero para la gran mayoría – y me incluyo en este punto- lo realmente importante, es que se ganó. Se ganó con una idea y se ganó meritoriamente un encuentro que bien pudo terminar sin goles o que si la actitud de los nuestros hubiese sido menor, probablemente no estaríamos celebrando la victoria.
El 0-1 como visitante, abre la autopista hacia la siguiente fase, sobre todo, porque el encuentro de vuelta se jugará en el Cuscatlán, lugar donde, sí o sí, deberíamos poder ver el potencial real de esta selección, después de haber superado su primera experiencia con Jorge Rodríguez en el banquillo, ante una selección que venía invicta hasta el día de hoy.
Quedarán flecos y cabos sin atar, obviamente, ni el tiempo ha ayudado a que Rodríguez haga lo mejor posible con un grupo de jugadores a los que conoce poco, salvo aquellos a quines dirige en Metapán, pero que, a pesar de todas las dificultades y del tardío nombramiento, lograron una victoria y nada más, la cual pone a la Selecta de cara a una clasificación esperada y lógica, cuando aún queda por disputarse el encuentro de vuelta.
El gol de Larín, muy temprano condicionó las acciones, al rival tampoco se le vieron grandes cosas en ataque, excepto la pierna excesiva en defensa. Y quizá producto de esto, la baja de Cerén será de importancia de cara a la vuelta.
Aún se espera una selección que brille y tenga mayor profundidad, pero claro, con el poco tiempo de Rodríguez al mando de la selección, tampoco es que tengamos que pedir un milagro mayúsculo y jugar como los dioses.
Al final, se ha dado el primer paso y ha sido un triunfo, eso es lo más valioso, ahora, toca preparar la vuelta y de ahí en más, si la clasificación se da, llegará el momento de trabajar duro para lo que se viene después, que allá, en ese lejano horizonte, si asustan.
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