El Athletic de Bilbao ha cambiado mucho en su forma de jugarle al Barça, demostrando que la arrolladora victoria en la Súpercopa no fue un espejismo, sino una mejora en su estilo al enfrentar al cuadro azulgrana.
La reedición, precisamente, de esa Súpercopa, se trasladó a La Liga, donde el Athletic sería el anfitrión de los pupilos de Luis Enrique, quienes llegaban con la espina de la horrorosa derrota sufrida en San Mamés, no hace más de 15 días.
Pero ahora, la historia sería diferente, el vaivén entre Súpercopa y torneo europeo para el local, le pasaría factura, pero no sin antes, comprobar una vez más, que a éste Barça, el aspecto físico le sigue afectando en este inicio ya que por momentos parecía que el local podría dar la sorpresa, o al menos empatar por la mayor intensidad de fondo en el desarrollo del juego.
El único gol del encuentro lo marcó Luis Suárez, tras un enorme fallo de la defensa bilbaína, pero antes, Lío Messi malogró un penal, más dudoso que certero, pero que finalmente terminó en nada y el Barça tuvo que esperar hasta el minuto 54 para que el uruguayo pusiera la ventaja para el azulgrana.
El Athletic intentó poner el físico y el músculo para arrollar al Barça, que aguantaba como podía e intentaba manejar el cuero para poner la pausa y bajar intensidad, pero a los leones no les alcanzó y Messi y compañía comenzaron con pie derecho la temporada oficial de la Liga, con una victoria en un reducto difícil, esas que al final de temporada son la diferencia para agenciarse un título.
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