Un Barcelona sin épica y el Athletic campeón de la Súpercopa

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El Barça no perdió hoy la supercopa de España, hoy solamente se confirmó una derrota anunciada, por el mal partido que hizo en la ida, porque ofreció demasiadas ventajas y el Athletic fue capaz de vulnerar la endeble defensa azulgrana, que dio muchos regalos como si de Navidad se tratase.

Luis Enrique hizo rotaciones respecto del cuadro que perdió en San Mamés por 4-0, y de todas, las más ventajistas para el análisis fue el retorno de Bravo a la portería, en sustitución de Ter Stegen, quizás por permitir un gol infantil o quizá porque creyó que la experiencia del chileno seria clave bajo los tres palos. Las lecturas sobran, pero ahora, Lucho puso en la canche la carne, la solución, y los hombres en quienes confiaban en la remontada.

Remontada. Esa misma que se hizo eco en los micrófonos y en los programas de tertulias y diarios deportivos no solo de Barcelona sino del planeta fútbol en sí, pero la empresa, no sólo difícil y titánica, fue confirmando los peores temores, esos que dejaron en evidencia el pobre estado físico del Barça, que a día de hoy continúa en pretemporada y preparándose para un arranque liguero que ya está a la vuelta de la esquina, que no encuentra las fuerzas ni las ideas necesarias y que fue incapaz de romper el muro y el orden defensivo del Athletic.

Sabedor de la ventaja, los leones volvieron a la vieja guardia, defender el resultado de la ida y esperar romper el orden lógico del encuentro con una contra que repeliera cualquier atisbo de remontar. Así, bien plantado en su campo, el Athletic supo manejar el guión y aguantó lo que había que aguantar. Llegada tras llegada en los primeros minutos hacían presagiar que sería una larga noche para la visita.

“90 minutos en el Camp Nou es mucho tiempo” se escuchó después del 4-0. Cierto es por sí, pero inverosímil lo es más, cuando el mismo Barça tuvo que esperar 43 minutos para marcar un tan sólo gol y con la tarea escabrosa de marcar otros 3 en el segundo tiempo para forzar el alargue, o 4 más para resolver en los 90.

Ni una cosa ni la otra. Piqué dejó a su equipo con 10 por reclamar eufóricamente al línea un error arbitral, uno de tantos que hubo en el encuentro. Lo cierto es que al Barça no lo mató un mal arbitraje, el azulgrana se dejó la Copa en San Mamés, allá donde no hizo nada para remediar la catástrofe, donde se quedó corto sin ideas para asegurar el bote y poder llegar a buen puerto, allá donde tenía la oportunidad de mantenerse a flote, terminó por sucumbir con un 4-0 que a la postre no peligró jamás en los 90 minutos restantes.

Así las cosas, el Barça perdió todo, el ánimo y la intención, se apagó incontestablemente y fue testigo del transcurrir los minutos sin poder siquiera hacer mucho más por igualar, al menos, el marcador.

El Athletic, digno rival, hizo suya la Súpercopa, esa misma que prácticamente tenía en la bolsa desde el encuentro de ida. El Barça, por su parte, dice adiós a la idea de revalidar el sextete conseguido en 2009, pero aún así, al final del año, tiene todavía el Mundial de Clubes, ese que podría coronar un año mágico, aunque sin los seis títulos.

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Post Author: JoseMa@Díaz

Bloguero y enamorado del fútbol.