Águila tiene ante sí una nueva oportunidad para resarcirse y curar las profundas heridas que ha venido acumulando en los últimos torneos.
La decepción que arrastra Águila, adquiere mayor peso, cuando se analiza el torneo anterior, en el que acumuló un potencial ofensivo digno de envidia por cualquier técnico, pero que, terminó por naufragar sin tocar tierra firme y sin poder llegar siquiera a unas semifinales, más por culpa propia que por la mejoría del resto de rivales.
Para este torneo, Eraldo Correia tiene ante sí, una chance de oro para coronarse por primera vez, al mando del equipo emplumado, en el que nuevamente presenta una plantilla construida para ganar, y con la que cualquier otro resultado que no sea la victoria y un nuevo título se definirá como fracaso.
Salvo las bajas ya anunciadas y las nuevas contrataciones, el negronaranja se planta nuevamente, y por historia, como un serio candidato para coronarse como campeón, y aunque quizá, es muy temprano, lo cierto es que, por plantilla, los dirigidos por Correia debería tener pocas dificultades para al menos, llegar a semifinales, algo que no logró en el Clausura recién finalizado.
Para Águila, que iniciará el torneo enfrentando en el derbi migueleño a Dragón, es importante poder sumar victorias en aquellos partidos denominados “trampa”, en los que no se sabe a ciencia cierta el nivel con el que afrontará a sus rivales, sobre todo por la exigencia que supondrá jugar como visitante en Chalatenango o Sonsonate, por nombrar dos rivales de quienes se sabrá realmente a qué aspiran cuando vayan transcurriendo al menos las primeras 3-4 jornadas. Además, el calendario tampoco es que ha sido benévolo con el cuadro emplumado, deberá tener los pies firmes sobre todo en la jornada 4 cuando visite Metapán y en la siguiente jornada, en la 5 reciba a Alianza. Por si esto no fuera suficiente, también tendrá otra curva de exigencia en la primera vuelta, cuando en la jornada 8 reciba a Santa Tecla y en la jornada 9 visite a FAS en el Quiteño, además debe tener mucho cuidado ya que en la última jornada enfrentará a Juventud Independiente. La historia se repite en la segunda vuelta con estos mismos rivales pero supondrá un reto más grande si en las últimas cuatro jornadas Águila aún no ha definido su clasificación a los cuartos de final y aunque serán ocho los clasificados, la posibilidad de estar holgados en la tabla o haciendo cuentas matemáticas es vigente, sobre todo si se tiene como referencia lo hecho por el negronaranja en los últimos torneos.
Solo el tiempo dirá si Águila aspira a algo grande en este torneo, y si Correia ha logrado impregnar a su equipo con su idea de juego, y si estos además, están conformes, seguros y entendidos a qué juegan, pero sea como fuere, la obligación es revertir lo vivido y posicionarse nuevamente como el referente para ser campeón.
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