Despechado, triste y solitario. Iker Casillas puso punto y final a su amorío con el equipo de sus sueños, más por la puerta de atrás que por la delantera, la de los campeones y de aquellos que dejan su huella allá por donde van y dejan gran parte de su vida impregnada con el sudor de la victoria y de la derrota.
El eterno capitán blanco se despidió con un comunicado, en soledad, sin compañeros y sin ningúna otra persona más que junto a sus recuerdos y su heróica actuación defendiendo los colores blancos que tanto honor y privilegio tuvo durante los años que le entregó al equipo que lo encumbró a la historia del fútbol español cuando apenas era un aprendiz y tuvo que meter las manos en la final de la Champions en el 2002.
Da lo mismo que el Presidente Florentino saliera a decir que “Iker se iba sin que nadie se lo pidiera”, basta mucho poder leer entre líneas para saber que su destino estaba distanciado de la casa merengue, peleado con parte de su afición, que no le perdonan sus desvaríos con el portugués Mourinho, o la llamada a Xavi para limar asperezas en la selección producto de los clásicos donde José estuvo presente. Gesto de señorío la del capitán con sus compañeros de profesión y selección.
Al final, pudo más la incertidumbre de saberse echado a patadas por un club al que le dio todo y le defendió muy poco cuando el mar se puso turbio, cuando un suplente le robó la titularidad con la complicidad del que entonces era su técnico. Tiempo después, la historia llegó a su fin, un fin anunciado, que se creía llegaría más temprano que tarde, pero que finalmente, como profecía, se cumplió.
Iker agarra sus maletas hacia Oporto, con miras de continuar su carrera y coronarla de la mejor manera posible, tras de sí, un legado histórico con el club blanco, faltaría más añadir la Copa del Mundo y dos Eurocopas, ahora da lo mismo, se va como el peor cuando pudo ser el mejor, así es el Madrid, hoy te miman mañana te colocan al pie de la tumba.
Florentino, el Judas que permitió al mesías Mourinho desbancar a su eterno capitán, podrá decir lo que quiera, y mentir si fuese necesario para encubrir la metedura de pata con el que hasta hoy es considerado por muchos el mejor portero español de la historia. (no lo digo yo). Pero lo cierto es que podrán hacerle muchos homenajes, pero eso no limpiará la pésima imagen mostrada con el que hasta hace 3 años, era su Santo.
(TEHABLODEFUTBOL.COM)
