Brasil se encuentra en esa etapa que atraviesan muchos equipos, una especie de racha negativa, negra y deslucida. Y es que desde hace mucho, la verdeamarelha, al margen de los títulos, ha perdido el estatus de campeona, de superpotencia e indestructible. Mucho de todo ello se debe a que por figuras, Brasil se ha quedado cortísima, ha pasado de alinear a jugadores de la talla de Ronaldo, Rivaldo, Ronaldinho, Cafu, o el mismo Dunga, hoy, seleccionador a tener una camada de jugadores que aún no terminan de dar el paso para vestir con responsabilidad la camiseta de Brasil, esa que pesa tanto a la hora de llegar a una competición internacional.
Tampoco es que la culpa la tenga únicamente la ausencia de estrellas, que las tiene, pero en menor medida que hasta hace unos años, y me remito al Mundial de Alemania en 2006 o de Sudáfrica en 2010. Pero sin lugar a dudas, el verdadero referente lo encontramos en la, quizá, ultima mejor selección, la campeona en Korea-Japón 2002, desde entonces, Brasil se quedo a vivir del palmarés ganado y por fútbol, muy poco de lo poco.
De esta nueva camada se salvan pocos jugadores, y es que exceptuando a Neymar, que lleva el cartel de ser el mejor jugador brasileño del momento, pasando por Alves, William, David Luis o Thiago Silva, Brasil tiene muy poco talento para lograr algo grande en el fútbol, o al menos eso es lo que parece, tampoco a Dunga se le ha presentado un camino de rosas a la hora de armar su equipo, pero de momento en esta Copa América ya armaron las maletas para volver a casa.
Ahora, se ha quedado fuera a costa de una combativa Paraguay que los puso contra las cuerdas y no desfalleció hasta encontrar el empate que forzaba los penales y de ahí dar la sorpresa, que se dio y deberá repensar el futuro.
Brasil pudo tener mejor resultado, al margen de la eliminación, encontró ocasiones numerosas para fácilmente matar el partido y a su rival, pero la falta de definición lo termino pagando a un precio demasiado alto.
Paraguay ha sido un justo vencedor, y Brasil, se queda un año mas en blanco y con menos crédito.
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