La idea de una competición siempre será que haya un ganador y un perdedor, y es que, en sentido estricto, el fin único de competir es ese, ganar.
El fútbol nacional da mucha tela cada día para cortar, hablar, escribir y charlar por horas sobre su actualidad, sobre sus debilidades y fortalezas -que las tiene-, pero en términos generales, el ascenso y descenso es producto de eso, de una competencia. 18 fechas -hasta el último torneo- habían sido necesarias para definir en el Clausura el equipo que perdería la categoría, para lo cual habría un sustituto que ascendería de la liga de plata y ocuparía esa plaza. Esto, a todas luces es lo correcto cuando se siguen las reglas establecidas en una competencia.
Con la modificación del formato del torneo, las reglas cambian, para bien o para mal, según por el ángulo por donde se mire, lo cierto es que ampliar a doce equipos la competición, solamente cuando el torneo haya finalizado podrá discutirse si fue o no una buena idea. Aunque, de momento, para muchos es un error a todas luces.
En fin, las dos plazas que completarán los doce equipos serían adquiridas mediante compra directa, pero en un inicio se habló que sería en una plaza diferente, donde no existiera un equipo actualmente en primera división. Los dirigentes en un lapsus o en una idea más pura de marketing y de interés económico, decidieron que Atlético Marte sería uno de los dos compradores, precisamente, el equipo que arrastró problema tras problema, que tiene muy poca afición, y que sólo en la última jornada su afluencia fue mayor que durante todo el torneo.
En fin, el dinero dicta mucho en el fútbol, y cómo no! Si a los problemas económicos se suma que $100,000 -lo que cuesta esa plaza en primera división- es un ingreso rápido y fácil, pues lo que tenemos es esto. Un equipo que legalmente descendió seguirá siendo parte de la liga mayor, es como un videojuego donde el “game over”, lo superas fácilmente con un “reset”.
¿Por qué no pusieron límites a la compra-venta de categorías? ¿Por qué no se estudió otra plaza para ser parte de la liga mayor? ¿O es que no hubo mayores solicitudes que cumplieran con los requisitos impuestos por la LMF? Respuestas que probablemente no sabremos, pero de algo estaremos seguros, es que, este y el próximo torneo darán sentencia si el negocio en que invirtió la directiva de Atlético Marte es próspero o tendrá un final igual o peor que el descenso sufrido en el Clausura.
Aclaro que no tengo nada en contra que Atlético Marte siga siendo parte de la primera división, pero se habló mucho de otras plazas solicitantes pero quedamos en lo mismo que al principio.
P.D.: Por cierto, el Guadalupano vendió su categoría en liga de ascenso y dejó de existir como equipo profesional en un abrir y cerrar de ojos, esto muestra lo sencillo que es en nuestro fútbol comprar y vender la categoría como si de frutas o cualquier producto se tratase.
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