Xavi Hernández Creus, Míster fútbol, el señor de los hilos, el dueño del mediocampo, el motor, el visionario, el que pone el balón donde pone el ojo, llámelo cómo quiera, póngale los calificativos que desee, lo cierto es que, con el anuncio de su salida del Barcelona, deja tras de sí, no solo un hueco difícil de llenar, sino también una retahíla de títulos logrados con la camiseta azulgrana.
Poseedor del gen de la Masía, triunfador nato, considerado como el alumno aventajado de Pep Guardiola, es más, fue sucesor del gran técnico multicampeón, era la extensión de su mano en el mediocampo, transmitiendo las formas, los modos, dando pausa cuando debía y acelerando cuando era necesario.
Los años pasan, el fútbol y la calidad quedan, pero se resienten. “Es el momento” dijo en su despedida, injusto para muchos, necesario para otros. Los minutos llegaban escasos, su ambición era mayor, ser parte del equipo, ser vital en el triunfo y dar la cara en la derrota.
Para muchos considerado como el mejor jugador español de la historia, para otros una mentira, que al calor de los colores, blancos y azulgrana, intentan esconder su calidad en el furor de figuras ineficaces en selección pero efectivos con sus clubes. Quieran o no, su calidad y su fútbol coincidieron e influyeron en la mejor época de la Selección de España y también del Barcelona. Suya fue la asistencia a Torres en el gol que le dio la Eurocopa ante Alemania en el 2008 y que significó el único gol del encuentro, y que marcó el inicio de la época triunfadora de los ibéricos.
Con el Barcelona fue pieza vital para la consecución del triplete en el 2009, de la tercera orejona, con un balón en bandeja de oro para Messi, que dejó enmarcado una de los más dramáticos remates de cabeza al elevarse por los aires del olimpo de Roma y dar la asistencia del segundo gol con que ganaron la Champions. Un pilar en el 2-6 del Bernabéu y los seis títulos en un año, convirtiéndose en el único equipo en la historia en lograr tal palmarés.
Fundamental también en la victoria en el Clásico ante el Real Madrid por 5-0, su gol y su rabia al celebrar el primero de la enorme goleada quedará para siempre en nuestras retinas. Ante el Manchester United en Wembley reconfirmó su gran momento futbolístico. Sus éxitos y su rendimiento siguieron in crescendi con la selección. El Mundial de Sudáfrica 2010 los llevó a la cima del mundo.
Una nueva Eurocopa, en el 2012 con un repaso histórico a Italia, España subía mucho más el listón. Dos ciclos seguidos de mundiales y euros y una larga retahíla de títulos a nivel club. Xavi tocó el cielo con las dos manos. “El Arquitecto, el Señor del fútbol, Xavi”
El de Terrasa pudo haberse marchado la temporada anterior, pero decidió quedarse y el fútbol y el Barcelona se lo agradecieron con un título más en la bolsa y la posibilidad de ganar dos más antes de agarrar sus maletas con rumbo hacia Qatar.
Sus 23 títulos y 85 goles dicen mucho de su trayectoria en Can Barça, ese camino que está a tres partidos de culminar, después volverá, como técnico o como directivo pero su ADN sigue siendo azulgrana.