Hace un año, el título de Liga lo celebraba el Atlético de Madrid en el Camp Nou, ante la mirada escéptica pero conforme de una afición azulgrana que sabía que su equipo quería pero simplemente no podía revertir un final escrito por el cholo team, que llegó a su casa a imponer la autoridad que venía ventilando durante toda la temporada.
Esta vez, el destino quiso que los papeles se revirtieran, y curiosamente, el calendario marcaba que a falta de dos fechas, el Calderón sería el lugar propicio para que el Barcelona también celebrara su título un 17 de mayo, pero esta vez, un año después, éste se consiguiera precisamente ante el mismo rival ante quien el Barcelona había sido vencido.
El gol de Godín y el título colchonero se aplaudió en el Camp Nou y la ovación fue digna del espectáculo para lo cual está el fútbol, sin resentimientos y sin odio, a pesar de ser derrotados. Esta vez, la afición del Calderón tampoco fue la excepción, recibieron aplausos Iniesta y Xavi cuando hubo un intercambio de jugadores, y posteriormente, cuando se pitó el final, también el equipo entero, el Barcelona, recibió una ovación por parte de la afición local. Como una muestra del respeto y de la valoración del saber perder que muchos olvidan cuando los resultados no se dan.
Luis Enrique y los suyos, se retiraron del Calderón, dejando tras de sí, el respeto adquirido ya que también en Barcelona los colchoneros fueron aplaudidos y valorados como lo que hoy ambos, son, unos campeones.