Ni en el más remoto de sus sueños, Massimiliano Allegri podría haber pensado que un buen día como hoy eliminaría al campeón vigente Real Madrid, de la máxima competición de clubes europeos. La Champions, es como no hay ninguna otra, de poco sirve el palmarés o el ruido que se le haga a uno o a otro, en la cancha, son 11 contra 11 y un balón que define el destino de cada quién.
La Cenicienta de los cuatro semifinalistas -para muchos-, quizá para aquellos que ven en el fútbol italiano, a una liga menor, y un escaño más abajo de la liga española o la misma Premier, pero que, en manos de la Juventus, se ha ganado a pulso un puesto en la gran final de Berlín, donde enfrentará al Barcelona en una final inedita por la búsqueda de la orejona.
Y es que para quienes seguimos el Calcio, y particularmente a la Juventus, sabemos que por mucho tiempo que se haya ausentado de este torneo, el pedigree y el bagaje que ostenta lo ubica como uno de los grandes históricos del viejo continente, no sin más la vieja señora se metió a la etapa de semifinales y ha dejado sin la ruidosa undécima que soñaba el madridismo ganar en forma consecutiva.
Pero tras la entrega del equipo, cabe destacar lo hecho por Allegri, que es sin lugar a dudas para quitarse el sombrero. Tras su salida del Milan, donde sin contar con el talento necesario para esta gran competición, logró llevar al rossonero hasta los octavos de final en la temporada 2012-2013, donde cayeron ante el Barcelona tras un 2-0 en la ida pero que no pudieron contener el aluvión y terminaron eliminados con un global 4-2. Tras el Milan llegó a la Juventus, donde encontró la base sustentada de Antonio Conte, una señora ganadora pero con hambre de volver a las viejas glorias europeas. Allegri manejó el equipo, instauró una idea y lo que parecía ser una debacle anunciada -para muchos y yo incluido- a manos del ex técnico milanista, ha venido a ser una afrenta digna de aplaudir. Finalista en la Coppa Italia, trofeo que se le resiste desde hace 20 años, Campeón de la Serie A logrando su cuarto scudetto consecutivo y ahora finalista de la Champions. La Juve es el único equipo junto al Barcelona que aspiran al triplete y todo ello, gracias a la idea futbolística que implantó Allegri, para muchos, aburrido, pero ¿qué tan aburrido puede ser una transición veloz y eficaz partiendo de Pogba, transitando por Vidal, empujando el cuchillo con Tévez y empuñando la espada con Llorente o Morata? Espectáculo goleador puro, sin ser catenaccio ha defendido su arco como la más preciada de las joyas y ha logrado anotar los goles justos para llegar a la gran final. La defensa es un fortín y Buffon es la torre en la que se estrellan todos los ataques cuando el escudo no alcanza, pero lo cierto es que esta Juve tiene el plus y las armas para ser campeón.
¿Cenicienta? Lo será en sus sueños, un equipo italiano como la Juventus, podrá ser cualquier cosa, menos rival fácil. Quizá ahora toca aprender la lección, en la derrota, y es que, las diez copas no juegan, el orgullo y la sangre ganadora si.