Redención y sanación, Messi contra su particular bestia negra

Messi vs Neuer

Que difícil es ser Messi. Soportar la cruz a cuestas de una herida ante el que, hasta hoy, es considerado el mejor arquero del mundo, el mismo que abrió, perforó y mantuvo abierta una herida imborrable para el argentino, con Alemania y también con el Bayern.

El destino ha vuelto a ponerles al frente cara a cara, con antecedentes nada alentadores: en el Mundial de Sudáfrica en 2010 (4-0), Bayern en Champions en 2013 (4-0 en la ida) y en Brasil 2014 (1-0 en la final). Por si fuera poco Lio se quedó en blanco en los tres enfrentamientos, y a todo esto hay que sumarle que en la vuelta de semis de Champions, ni siquiera jugó por lesión.

Pocas veces el fútbol te ofrece la sanación ante tu peor verdugo, y ante Neuer, lo difícil pasaba por saber si Messi por fin marcaría un gol.

Ayer, fuimos testigos una vez más del porqué el argentino es para muchos, el mejor jugador del mundo, para otros tantos, de la historia, y es que por sí solo es capaz de cambiar el destino de un partido cuando el colectivo se queda sin opciones para romper los cerrojos defensivos.

Dos obras de arte, una más que la otra, goles que allanan el camino a Berlín en botas del jugador más determinante de los últimos tiempos y que, es capaz de echarse el equipo a hombros cuando la tempestad no parece dar tregua.

La noche que parecía terminar sin goles nuevamente para Neuer y para Messi, se transformó en un abrir y cerrar de ojos, en una de las tantas noches mágicas en Can Barça. Messi desenfundó la izquierda y puso un remate furibundo, abajo, pegado al palo izquierdo del arquero alemán, inatajable e incontestable, un tanto que ponía fin a la sequía mientras el estadio era un hervidero, la ventaja buscada llegaba y Messi gritaba un gol ansiado, que hizo emular en su definición al gol de la final en 2011 ante el Manchester United.

Por si no fuera suficiente, nuevamente Messi se sacaba una nueva obra de arte. Dejó a Boateng con vistas al medico para una reconstrucción de cadera y en definición tan propia como espectacular, con una cucharita con pierna derecha, la que dicen que es la mala, batió por arriba ante la salida desesperada de Neuer. Era un 2-0 categórico e impensable, si el Barca quería ganarlo, el momento era éste.

Estratosférico Messi le puso en bandeja el tercero a Neymar, quien con clase y sin temblar bajo las piernas de Neuer encontró la ruta del tercer gol. Resultado espectacular, el Barca venció a su ogro, Messi a su particular bestia negra. El mejor jugador del mundo dejó claro que cuando enciende todas sus luces nada ni nadie puede pararle.

Messi se sacó la espina y cerró un poco más la herida, esa que por momentos pareció no poder sanar. Por ahora, la vuelta le depara otro duelo más, en juego, la final, ese título que el Bayern le privó de disputar en 2013, pero hoy, ha encaminado el rumbo, Berlín espera, pero antes, Múnich vivirá otro capítulo más en este particular duelo, en el que Messi ya ha iniciado su redención.

Post Author: JoseMa@Díaz

Bloguero y enamorado del fútbol.