Se sabía de antemano que el partido ante el Sevilla no era ni de menos color de rosa, tampoco lo sería fácil ni un rival que no propusiera más que defenderse para evitar una goleada. Si el Sánchez Pizjuán es un fortín para el conjunto sevillista, capaz de lo mejor y lo peor, esta vez, hizo sufrir y en serio al Barça para robarle una victoria que prácticamente ya tenía embolsada. Y es que el Sevilla sumó en casa 34 partidos invicto, una muestra de lo complicado que es sacar puntos en ese estadio.
Ni el tanto de Messi ni el golazo de Neymar en la primera parte fueron suficientes para alcanzar la victoria, tampoco haberse puesto en ventaja 0-2 con dichos tantos evitaron el ridículo al empatar un encuentro prácticamente ganado y que, culpa de errores individuales terminó por perder los puntos y ver recortada la distancia con el Real Madrid.
El Sevilla se entusiasmó con el gol del descuento. El 1-2 de Banega con un derechazo que no pudo contener Bravo despertó a un adormitado Sevilla que bien pudo haber estad 0-3 de no ser por el clamoroso fallo de Suárez que no concretó y desperdició la oportunidad de ampliar el marcador. Así, el Sevilla llegaba vivo al final de la primera mitad.
De ahí en mas, el local luchó para conseguir el tanto del empate, a pesar del dominio del Barça, que no encontró la fórmula para ampliar el marcador. Si marcó el Sevilla que gracias a un error en la salida del balón de Piqué, cogió al equipo a contrapié, precisamente cuando la transición defensa-mediocampo se ejecutaba con un pase de Piqué que terminó en los pies de los jugadores del Sevilla y que en una contra veloz vencieron a Bravo y el 2-2- subió al marcador, y dejara al Barça con un amargo resultado que resta puntos a la diferencia con el conjunto blanco, que ahora se encuentra a 2 unidades.