Hasta no hace mucho, me había dicho a mi mismo que no volvería a escribir sobre este tema, pues consideraba que era algo que ya no tendría por qué estar vigente, ya ni los resultados es posible cambiarlos ni mucho menos volver a disputarse. Pero hoy, que se ha sabido que los jugadores implicados en el caso de amaños han sido absueltos, resulta imposible abstenerme de escribir al respecto.
Me reafirmo en lo que pensaba que esto era más que un circo, en el cual, únicamente se ventilaban acusaciones sin fundamento y carentes de pruebas fehacientes para llegar a una resolución condenatoria a estos jugadores. Y es el caso que así ha sido. No hubo pruebas suficientes para que el juez pudiera encontrar culpables de lavado de dinero y agrupaciones ilícitas al grupo de ex-seleccionados. Y esto era quizá, el menor de los problemas, y digo menor, porque al menos, de mi parte, no esperaba que prosperara la acusación penal y todo terminara en señalamientos de uno y otro lado y en la sanción de por vida hacia estos jugadores para mantenerse ligados a actividades relativas al fútbol de nuestro país y quizá la deuda más grande seguirá siendo, esa que dejaron los directivos vigentes en el momento de las acusaciones que hicieron la vista gorda y miraron hacia otro lado sin mover un tan solo dedo por investigar y llegar a la verdad. Hasta el momento, los únicos señalados han sido los jugadores, más no directivos.
Ahora, creo que se afronta un nuevo problema, y es que, la selección mayor cayó en una especie de agujero negro, no se supo de ella por poco más de un año, y recién hace poco se iniciaron nuevamente las actividades y la disputa de encuentros amistosos, pero, quiero preguntarle a mi estimado lector, si algún día olvidará que mientras usted alentaba a los jugadores desde la grada, pasando hasta 4-8 horas en la amarga espera del inicio del encuentro, para luego darse cuenta que el resultado ya estaba arreglado? Quizá no, y ese es tan solo la punta del iceberg, de esa enorme masa de hechos ocultos a nuestra vista y que como aficionados somos incapaces de ver y tal vez nunca llegaremos a conocer.
Hace falta que se actúe en la prevención de este tipo de incidentes que afectan a una selección y a un país, y es que, aquí, en El Salvador, somos futboleros, vivimos fútbol, soñamos fútbol y queremos al fútbol como una de las cosas más preciadas, eso es un hecho, por lo tanto, queda como un adeudo hacia los directivos, trabajar en prevenir este tipo de cosas, es algo que no debería volver a repetirse.
Y con respecto a los jugadores, pues, ante la ley podrán haber sido absueltos, pero lo cierto es que ante los ojos del aficionados, este grupo de jugadores nunca tendrá perdón. Eso jamás se olvidará, es un capítulo más de nuestra amarga historia en este deporte que tanto amamos.
