Estamos a muy pocas horas para que de inicio el PreMundial de fútbol playa en nuestra costa salvadoreña, y con ello, también inicia el nerviosismo y el deseo que nuestra selección nuevamente pueda conseguir una clasificación a un Mundial, esta vez, a ese que se disputará en Portugal.
Los guerreros dirigidos por Rudis Gallo han dejado su huella en la arena de los países en los que han defendido los colores de nuestro país, así, Marsella, Dubai, Rávena y Tahití, son testigos fieles de la entrega y del coraje de los nuestros a la hora de enfrentar a quien sea, con tal de lograr una victoria.
Esta vez, el reto es más grande, y es que jugar como local impone presión y además, la necesidad de gustar y triunfar en casa, pero esta selección demostró, que pueden haber recursos limitados y que el sacrificio diario para asistir a los entrenos y todo lo que la logística de preparación conlleva, no ha sido un impedimento para ubicarse actualmente como una de las grandes potencias de la categoría. Por tal razón, la localía puede llegar a ser, y en el mejor de los casos, un aliciente extra para que nuestros muchachos consigan una nueva clasificación a una máxima gesta deportiva.
Así, las selecciones de Belice, Puerto Rico y Jamaica pondrán a prueba, de entrada a nuestra selección, y luego, de pasar la ronda, habrá que ganar a quien sea que esté en frente. No hay campeón si no se le gana a todos y es por ello que los muchachos se han preparado fuertemente para llegar a la cima de la montaña.
No me queda más, desde aquí, desearles mucha suerte, y que esa clasificación se quede en nuestra tierra.
