Sumar tres derrotas en forma consecutivas es alarmante. El nido aguilucho está en crisis, esto es un hecho y quizá una traducción al momento en el que no se gana, de hacer una buena primera vuelta y caer en picada en las últimas tres jornadas.
La derrota ante FAS de éste último sábado reafirmó las malas sensaciones que viene atravesando la plantilla emplumada que cayó ante Alianza y Marte como visitante, y ahora, siguió en la misma línea ante el cuadro tigrillo, pero, jugando en el Barraza. Imposible de creer, pero real. Águila no está en su mejor momento.
Águila fue un soplo de vida para FAS, que venía con la moral en alza gracias a la victoria ante Alianza en la jornada anterior y que, de ganar el clásico nacional se pondría a tiro de empate en la tabla de clasificación, precisamente, la cuarta posición que aún sigue en poder del negronaranja.
Es imposible descifrar los motivos que asisten a Valdés y los suyos para acumular la serie de derrotas consecutivas, pero ya hace unos días hablaba sobre ello, y es que, la falta de definición y la pesadez con que se afrontan los minutos iniciales de sus encuentros, condicionan a Águila a mostrar una fea cara en la primera mitad y a tener que remar contracorriente en la segunda parte, al menos ese fue el libreto contra los albos y los marcianos.
FAS se llevó un gran botín del Barraza, lo que elevará mucho más sus intenciones ya que ganar el clásico nacional como visitante, refuerza al doble las sensaciones de mejora, que era lo que el tigrillo necesitaba, mientras, Águila sigue en caída libre.