No fue atípico que en la primera fecha de este torneo, Atlético Marte lograra rescatar un punto en una difícil visita al Barraza, cuando emplumados y marcianos debutaron en el Clausura. Ahora, en la vuelta jugada en el Cuscatlán, el bombardero confirmó sus claras intenciones de no descender, y qué mejor forma de reafirmar sus deseos que con una victoria ante el urgido conjunto aguilucho. Y digo urgido porque con la derrota ante Alianza en la fecha anterior, lo menos que se le pedía a los dirigidos por Dely Valdés era ganar ante el sotanero, ante el serio aspirante al descenso.
En la cancha, las realidades fueron muy diferentes, si Atlético Marte estaba con el cuchillo en el cuello con la victoria de Pasaquina ante el Juventud Independiente, el conjunto aguilucho, a pesar de estar obligado a reponerse con una victoria, su posición en la tabla le permite cierto margen de error, pero entre las aspiraciones de uno (Marte) y las reservas de otro (Águila), el gran beneficiado fue el conjunto bombardero que desde un inicio llevó el hilo de las acciones y fue mucho más peligroso e incisivo a la hora de buscar a puerta rival.
Un defensivo esquema de Valdés generó que Águila no se encontrara por ningún lado, con un Baires demasiado retrasado, el equipo perdió empuje, y aunque con Camargo se intentaba generar el equilibrio en ofensiva, el negronaranja perdió demasiado con esta variante táctica, pues fue precisamente en el mediocampo donde comenzaba la mayor cantidad de problemas para los migueleños. No obstante, la transición se generaba aunque sin mayores peligros, puesto que la defensiva marciana, muy bien aplicada, mantuvieron desactivada la dupla Reyes-Muñoz.
Atlético Marte se vio mejor conjuntado, las líneas muy bien firmes, con mayor equilibrio y con mejores ideas de mediocampo hacia adelante, Adorni hizo de las suyas por banda derecha, donde desequilibraba y metía centros envenenados que complicaron mucho a la defensa. El cuadro azulón llegó con mayor peligro, pero sus acciones se perdieron por línea final o terminaron en las manos de Benji, que dicho sea de paso, estuvo muy cerca de complicar a su equipo por una acción infantil a la hora de despejar un balón ante la presión de un delantero marciano.
Águila intentaba llegar con mayor peligro, pero fue Marte el que abriría la lata con un gol que llegó como balde de agua fría para Valdés y los suyos. Un cabezazo Mario Martínez, que solo y su alma remataron a placer ante un Benji vencido y que nada pudo hacer para repeler el testarazo. Era el 1-0 y en el ambiente se respiraba que sería una larguísima tarde para Águila.
El encuentro se puso de ida y vuelta, Marte retrasó sus líneas e intentó aprovechar los espacios que dejaba Águila cuando se iba adelante a buscar el empate, y fue entonces cuando a pesar de los duros embates del conjunto emplumado, que hasta ese momento había encerrado al marciano en su propio campo, encontraría el segundo de la tarde. Edwin Sánchez se sacó una marca, y como un rayo adelantó el balón y sacó un zurdazo ante la mirada cómplice de Zelaya y de una estéril estirada de Benji que vio como el balón transitaba camino a gol.
Era un 2-0 que llegaba como un tanque de oxígeno, un durísimo golpe para Águila y muy pero muy importante para Marte.
Águila perdió empuje, el marcador era una losa demasiado pesada y casi irrompible, Atlético Marte lo ganaba y bien jugado, con mayor precisión, mayores deseos pero sobre todo con el objetivo claro y desde un inicio buscando sacar el resultado.
Finalmente, Águila bajaría los brazos y el encuentro terminaría con una dura rechifla de muchos de los aficionados aguiluchos presentes en el Cuscatlán.
Águila suma dos derrotas consecutivas en este recinto deportivo, mientras, Atlético Marte, sigue soñando, sigue en pie de lucha por no descender.