El Real Madrid hace aguas allá por donde va y parce que su barco tiene agujeros y remiendos en cada rincón del mismo. Un caos el Madrid ante el Schalke. Si en la ida el 0-2 a favor del conjunto blanco como visitante aseguraba en parte la clasificación, la que prácticamente tenía amarrada en el bolsillo, la vuelta dejó claro que el conjunto alemán finalmente fue más peligroso de lo que los papeles decían y de lo que se esperaba en el Bernabéu era una película de terror más que una tranquila noche de clasificación europea.
El Schalke estuvo a punto de asaltar el Bernabéu, si no es que lo hizo, un 3-4 como visitante que puso fin a una racha invicta de 10 encuentros del conjunto blanco, pero que no sólo en la estadística pone un punto negro, sino que es en el juego en donde la estructura blanca tuvo su peor imagen. En el papel el cuadro alemán era un rival accesible y relativamente “fácil” para las aspiraciones del cuadro merengue, pero, en Champions, nadie regala nada. Huntelaar y compañía dieron una lección de humildad a Cristiano y Bale. Precisamente, fue el portugués el que mantuvo a flote el barco de Ancelotti, ese que tiene mano de genio y que asegura que la BBC es innegociable a pesar que la pólvora la tienen seca en lo que va de 2015, el que aseguran que su gestión del vestuario es de un verdadero líder, pero cuya estructura está mucho más agrietada que una calle vieja.
En fin, que el equipo más grandioso de la historia -según muchos y que saben más de esto que su servidor- estuvo al borde del precipicio, minimizado y planteado como equipo chico, reventando balones en su área, perdiendo tiempo y escondiendo otros tantos para evitar la deblace, Cristiano y compañía vieron venir el lobo vestido de oveja y casi lo pagan caro. Quizá, una eliminación era lo más viable, pero no le alcanzó al Schalke, que hizo los méritos para dejar fuera a un arrogante conjunto blanco que es más bandera y ruidos que fútbol, pero que en cuestión de 6-7 fechas ha perdido Copa, el liderato de la liga y su fútbol ya no es la octava maravilla del mundo, sino que se ha convertido en un equipo vulgar, silbado por su afición y señalado por su pobre funcionamiento, el conjunto blanco mantuvo la clasificación, de panza, de cabeza, con arañazos y sin ideas, así, clasificó el Madrid.