El Rayo Vallecano fue un equipo valiente que llegó al Camp Nou con intenciones claras de amargarle el día al Barça, que jugó en horario familiar y tuvo la mejor asistencia en lo que va de temporada. Al cuadro visitante las cuentas le salieron durante buena parte de la primera mitad, a pesar que temprano en el encuentro, a los 5 minutos, Luis Suárez abriría el marcador y la ventaja transtitoria para el azulgrana.
La visita apretó los dientes y mantuvo a raya a Messi y compañía, pero el escudo aguantó 49 minutos, tiempo en el que Piqué marcaría el segundo para los de casa, momento que marcó un antes y un después en el encuentro. Si hasta entonces, el Rayo había gozado de ocasiones para marcar el empate, también las había tenido en contra pero sin sufrir tanto peligro, pero este segundo tanto desbarataría el orden táctico de la visita que se desplumó cual castillo de naipes y terminó cediendo una goleada 6-1.
El show Messi aparecería hasta bien entrada la segunda mitad, al minuto 56 y desde el punto de penal. El argentino mostró su lado más humano y además puso en tela de juicio su habilidad para tirar la pena máxima, en un primer momento el arquero visitante detuvo el cobro, pero el árbitro repitió por adelantamiento del mismo arquero y el argentino marcaría su primero de la tarde. Fue entonces donde despertó la bestia, hasta entonces tomándoselo con mucha calma. Al 63 y 68, Messi anotaría su triplete de la tarde para lo que ya era una goleada de escándalo, 5-1 y con mucho tiempo aún por delante.
El marcador tendría tiempo para moverse un poco más, un penal para la visita lo concretaría Alberto Bueno al 81 para hacer el de la honra, y 9 minutos más tarde, en tiempo de descuento, Luis Suárez anotaría el segundo en su cuenta personal y el 6-1 definitivo con el que el Barcelona logró recuperar el liderato, ayudado además por la derrota del Real Madrid que tiene dudas en todos lados y su barco hace aguas por allá por donde va.